El sueño del autopartista
Hace exactamente 70 años, un austríaco que cambió su nombre de Karl a Carlo cuando se radicó en Italia empezaba a escribir una de las páginas más emocionantes de la historia automotriz. El 31 de marzo de 1949 se funda la compañía Abarth & Co, donde Carlo Abarth se lanzó al mundo del automovilismo consiguiendo un éxito inmediato. El gran logro de Abarth no fue solamente preparar excelentes máquinas de carrera, sino de ofrecer al público componentes especiales para aumentar la deportividad. Sus escapes se hicieron famosos y sus kits de personalización eran buscados en todo el mundo.
El logo del escorpión (por el signo zodiacal de Carlo) se convirtió en sinónimo de velocidad y potencia, mientras que el sonido ronco de sus escapes pasó a ser su firma auditiva. Los años lo acercaron a FIAT, y de allí nacieron vehículos muy interesantes que mantienen su esencia hasta hoy en día.
Soy de pensar más en las casualidades que en las causalidades, pero quizás esta vez los planetas un poco se alinearon para que justo probáramos el Abarth 595 Turismo en estas fechas. Este fitito violento llegó a nuestras manos en el momento justo para zamarrearnos alegremente ante tanto SUV aburrido. Como siempre voy a ser objetivo y te voy a contar todas sus cosas buenas y también las malas, pero considerá que estamos hablando de un auto especial que se mide con otras varas.
Diseño
Este Abarth es un FIAT 500 pervertido. Envenenado por la picadura de un escorpión que lo dejó ancho, bien bajo y con protuberancias en su cuerpo. La simpatía del 500 se transforma en algo más interesante, con paragolpes sobresalidos que albergan diversas tomas de aire, un lateral cerca del suelo con unas llantas 205/40/R17 y una zaga con difusor y dos gruesas salidas de escape. Todo el auto está decorado con logos de Abarth. Su silueta no es la primera que imaginás cuando pensás en un deportivo, pero al primer golpe de vista podés darte cuenta que el 595 no es un auto normal.
este Abarth es un FIAT 500 pervertido
No es un muscle car, es un petiso muy fan del crossfit.
Interior y Equipamiento
Adentro del Abarth 595 Turismo no vas a encontrar muchos cambios con respecto al 500 normal. A decir verdad este diseño tiene sus buenos años encima, pero sigue manteniéndose actual a base de simpleza estética y practicidad. Tenemos un buen espacio en las plazas delanteras (no tanto en las traseras como podrás suponer) y podemos acomodarnos en unas preciosas butacas deportivas firmadas por Seabelt y cubiertas de fibra de carbono. Se ven increíbles y te agarran muy bien, pero no tienen las regulaciones suficientes para ser ideales, solamente ajustes de respaldo y desplazamiento. Además tienen otro temita, pero me lo guardo para cuando hable de comportamiento dinámico.
Me llamó la atención que siendo un “deportivo italiano” (las comillas son porque se fabrica en Polonia pero vamos, se lo pensó en Italia) no tenga detalles en rojo, la paleta cromática consiste en distintas tonalidades de gris que le quedan muy bien. El volante tiene un diámetro mayor al que me gustaría, pero cuenta con detalles de costuras y una marca plateada que le devuelven la deportividad. A través de él podés ver un instrumental que mezcla las agujas con lo digital mediante una pantalla con toda la info que podés necesitar del vehículo. Podés ver desde la presión de los neumáticos hasta un medidor de fuerza G cuando estás en modo Sport.
Hablando de lo sport, párrafo aparte para el pomo de la palanca de cambios. Sí, no estoy loco, realmente voy a hablarte de esto. Junto con el volante, la palanca de cambios en un auto manual es el objeto con el que más interactuás dentro de un vehículo, y el hecho de que sea perfectamente redonda, ubicada cerca del volante y totalmente metálica la convierte en un elemento perfecto. Eso sí, cuando dejás el auto al sol vas a necesitar un guante de cocina para pasar los cambios, pero eso es otra historia.
cuando dejás el auto al sol vas a necesitar un guante de cocina para pasar los cambios
Con respecto al equipamiento tenemos un techo solar eléctrico, climatizador automático y una pantalla multimedia de 7” que carece de navegador integrado y cámara de retroceso, pero que al menos te permite emparentar tu teléfono mediante Android Auto para poder usar el Waze o Google Maps. Mención aparte se merece el sistema de audio firmado por Beats, que te otorga un sonido impresionante y unos bajos que te rascan la espalda.
Un faltante imperdonable para un auto de este precio es el del control de velocidad crucero, pero esta decisión parece una declaración de principios de parte del coche para decirnos claramente “a mi llevame a la pista, que es esto de mantener una velocidad constante en ruta”.
Y si todavía te quedan ganas de desafiarlo con un viaje, el 595 te responde con un minúsculo tanque de combustible de 35 litros y un baúl donde un par de bolsos hacen fuerza para entrar. ¿Todavía querés hacer un viaje largo? Pensalo, en ese baúl de 185 L. no hay una rueda de auxilio, hay un kit de reparación y un enorme subwoofer. De ahí venían los bajos, oh yeah.
Mecánica y Seguridad
Vamos llegando al carozo. Bajo el capó tenemos un 1.4L que se llena de aire mediante un turbo Garrett, lo que le permite desplegar una potencia de 165 CV y 230 Nm, llevados al eje delantero mediante una caja manual de 5ta.
En materia de seguridad tenemos Control de Estabilidad, Control de tracción desconectable, cinturones de 3 puntos en sus 4 plazas y según la ficha técnica oficial, 7 airbags. Si me guío por las indicaciones en el habitáculo, encontré los logos de airbag para los frontales de conductor y acompañante, el de rodillas para el conductor y los de cortina, pero los laterales que se deberían desplegar desde las butacas brillaron por su ausencia. Quizás los tiene y no los indica, o quizás la ficha técnica oficial sea incorrecta y hable del equipamiento de seguridad con otro tipo de butaca.
Comportamiento Dinámico
Me lo advirtieron: “ese Abarth te deja sin riñones”. Te digo la verdad, no me pareció para tanto. Es un auto duro, sí. Es quizás el más duro del mercado argentino, pero podés manejarlo sin problemas. Hasta que llega el pozo.
Cada milímetro de una imperfección en el asfalto será inmediatamente transmitida a tu cuerpo. Casi no hay componente elástico en el equipo que hacen los neumáticos de perfil ultrabajo, la suspensión deportiva y las butacas de competición, por lo que vas a sentir en carne propia el dolor que siente cualquier coche cuando no tenés cuidado ante un bache o loma de burro. Tampoco es un caso extremo ni vas a tener que pasar vergüenza como los genios esos que llevan el auto al piso, (y después no pueden ni usarlo) pero si venís de un auto con andar suave te vas a sentir en un coche de carreras.
Manejarse por la ciudad es como hacerlo en una moto de 4 ruedas. El Abarth 595 Turismo es tremendamente ágil, tanto por sus dimensiones como por la reacción que tenés en 2da. Si te engolosinás con el acelerador te podés pasar de la velocidad permitida, así que siempre manejá con cuidado. En el ámbito urbano, utilizando avenidas y calles obtuve un consumo normal, de 10L/100Km.
en la ciudad es como una moto de 4 ruedas
Cuando salís a la ruta y te alejás de esos malvados obstáculos que perturban tu andar, la conducción del Abarth 595 es extremadamente gratificante. El modo Sport cambia la personalidad del vehículo precargando el turbo, endureciendo la dirección y modificando la respuesta del acelerador. Cada movimiento de tu pie derecho es premiado con placer por un auto que pide pista todo el tiempo. El sonido del motor se hace presente a partir de las 3.000 rpm, y el turbo sopla contento cuando hundís el acelerador. Y sí, como podrás imaginar no sólo el turbo se alegra, vos también.
La reacción de este auto es especial. El 80 a 120 Km/h lo hace en 5 segundos en 3ra y si seguís pasando cambios es muy fácil pasarte de los límites de velocidad (ya te había dicho que tengas cuidado, ¿no?). Para viajar no le vendría nada mal una caja de 6ta, mas que nada porque a 120 Km/h de GPS (125 Km/h de velocímetro) el motor gira a poco más de 3.000 rpm. A esta velocidad el consumo se ubicó en los 6.9L/100Km., cifra que puede aumentar si no sos gentil con las aceleraciones.
El chasis es perfecto, está hecho para divertirte en una pista y transmitirte sensaciones, también de esas que te hacen asustar. La distancia entre ejes corta hace que las frenadas sean un poco nerviosas, sentís que el auto se agarra al asfalto y te pregunta dónde está el pianito para morderlo. Es como un perrito cabreado sujetado por unos muy eficientes frenos de 284 mm autoventilados.
es como un perrito cabreado sujetado por unos muy eficientes frenos
Conclusiones
El Abarth 595 Turismo parece un auto cargado de contradicciones pero en realidad es coherente: no es el tope de gama de la línea 500 (aunque su precio así lo indique) es pura y sencillamente un 500 preparado por gente que le gusta manejar en serio.
Es irreverente, incómodo, te cambia la seguridad de una rueda de auxilio por un subwoofer potente, te abraza en unas butacas que parecen salidas de un superdeportivo, es un auto estúpido y genial al mismo tiempo. Su planteo es bien sincero: el Abarth 595 es un fitito rabioso y sos vos quien tenés que acomodarte a él, no al revés. El 595 no busca gustarte, este petiso ya tiene el autoestima bien alta.