Los poco más de 20 kilómetros de longitud y múltiples curvas de Nürburgring transfgorman al circuito (Nordschleife) en uno de los más complejos del mundo, y por eso toda automotriz que quiera mostrar el produigio de su deportivo va ahí a desarrollarlo y a tratar de establecer un récord.
Hablando específicamente de los autos eléctricos, tenemos a Peter Dumbreck, que, a bordo de un NIO EP9, logró obtener el récord al haber realizado la vuelta mas rápida en el año 2017, con un tiempo de 6 minutos 45 segundos y 90 centésimas. Unos meses después Volkswagen Motorsport comenzaba a prepararse para intentar batir dicho récord, en donde el piloto francés Romain Dumas, cuatro veces ganador de las 24 horas en Nürburgring, intentaría poner al límite sus capacidades para coronar al ID. R como el vehículo eléctrico que complete la vuelta mas rápida en el “Infierno Verde”.
El día pintaba muy bien, en la vuelta de calentamiento de Dumas ya se registraba una ventaja muy amplia sobre el tiempo logrado por el piloto Dumbreck, con un registro de 6:25.38 minutos.
Después de varias vueltas y pasado el mediodía, Romain se colocó a bordo del segundo VW ID.R logrando hacer un tiempo de 6:12.191 minutos, casi 33 segundos de diferencia de la marca original que obtuvo el representante chino en 2017, pero el piloto francés aún no estaba contento ya que sabía que podía mejorar los resultados.
Posterior a la comida, y con energía suficiente, preparó todo para dar un par de vueltas más, demostrando que podría bajar aún mas los tiempos establecidos por la mañana, y solo necesitó una vuelta de para cronometrar un tiempo de 6:09.039 minutos. Pero Dumas aún haría un último intento por lograr una marca aún más baja.
Tras llevar al límite el vehículo y demostrar un manejo sumamente extremo, Dumas logró un tiempo final de 6:05.336 minutos, una abismal diferencia de 40.564 segundos con respecto a la marca anterior, logrando también el segundo mejor registro del circuito, solo por debajo de un Porsche 919 Hybrid EVO que logró cronometrar 5:19.55 minutos.
“Había que adaptarnos a ir más rápido y rápido, encontrando el límite en el coche y en la velocidad. Aquí la clave es que tienes que conservar la confianza en la vuelta y, cuando la tienes, poner un poco más”. “El balance del coche fue muy bueno, y conforme estaba en la pista la confianza iba creciendo. Todo resultó acorde al plan, así que no podríamos estar más contentos”, comentó Dumas.