El valor de la historia no solo se mide en el hito que marcó un determinado objeto, sino que también por su fabricación y desarrollo. Muchas veces, por las condiciones tecnológicas imperantes estos son irrepetibles y frágiles, lo que condiciona su longevidad y cuidados. No sabemos exactamente qué fue lo que le sucedió a la primera flecha plateada, pero al parecer nunca ha podido ser recuperada o encontrada.
Y como ya ha pasado mucho tiempo desde entonces, Mercedes-Benz echó mano a documentos antiguos, fotografías y manuales de época, todo para poder recrear al SSKL de 1932, un modelo que no era exactamente un auto oficial de la marca alemana.
La verdad es que hay un par de historias sobre el origen de la denominación "flecha plateada", pero según se cuenta, Mercedes se había retirado ese año de las carreras por dificultades económicas y Manfred von Brauchitsch se había puesto al volante de este prototipo, diseñado por Baron Reinhard von Koenig-Fachsenfeld, como un experimento en aerodinámica. No hubo tiempo ni de pintar el auto, por lo que entró a la carrera (específicamente el circuito de Avus), al desnudo, exhibiendo el metal crudo. Por su forma fue apodado "el pepino", pero afortunadamente, el apodo le duró poco.
Cuenta la leyenda, que gracias a su escuálida carrocería, el auto había disminuido su coeficiente de arrastre en un 25% logrando ganar el gran premio, dejando atrás a Rudolf Caracciola, ex piloto de Mercedes, quien se había cambiado a Alfa Romeo tras la baja del equipo de Stuttgart. Durante la transmisión de radio, el auto fue mencionado como "la flecha plateada" quedando bautizado así para siempre. Mercedes volvería a las competencias en 1934 con el W25 y con Caracciola al volante.
SSKL significa "Super Sport Kurz Leicht", algo asi como "Super Deportivo Corto Ligero"
Sobre este SSKL, contaba con un motor de seis cilindros en linea y siete litros, el que desarrollaba 237 CV y alcanzaba 296 CV cuando se lo equipaba con un compresor. En Avus, se dice que logró 235 km/h, una locura para aquellos tiempos.
Esta fidedigna recreación volverá a rugir en Pebble Beach, en un par de días más, siendo una de las principales atracciones de la siempre fascinante muestra de autos clásicos; lo más cercano a Goodwood desde este lado del charco.