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Exclusivo: Manejamos el nuevo Chevrolet Corvette con motor central

Exótico, atractivo y lo más importante, muy efectivo como auto deportivo.

Exclusivo: Manejamos el nuevo Chevrolet Corvette con motor central

Apenas habían transcurrido un par de semanas del año cuando llegó una de las invitaciones que esperaba con más entusiasmo. Chevrolet nos reservaba un lugar para conocer a fondo y manejar por primera vez (espero sean muchas más) su nuevo Corvette.

El pasado mes de agosto asistimos a la develación mundial de la octava generación del Chevrolet Corvette celebrada en la ciudad de Los Ángeles en California, el evento no solo sirvió para presentar la más reciente iteración del deportivo americano por excelencia, sino también para rendir tributo a un capítulo de más de 60 años de historia, ya que por primera vez en, el Vette migraba a un planteamiento de motor central.

Sin embargo, la idea de un Corvette con el motor ubicado detrás de los pasajeros no es nueva en absoluto, Zora Arkus-Duntov, padre del modelo, lo propuso en varias ocasiones, fabricando incluso varios prototipos a lo largo de los años, mismos que nunca llegaron a producción y que ahora son conocidos como CERV (Chevrolet Experimental Research Vehicles)

Nuestro primer contacto con el Chevrolet Corvette no podría haber sido de mejor forma, partiendo de la ciudad del pecado, hacia las increíbles rutas del Valley of Fire, llenas de curvas y con un pavimento en inmejorables condiciones, mismas que solo son superadas por las espectaculares postales compuestas por las formaciones rocosas de tono rojizo, el azul del cielo y los alrededores desérticos.

Solo bastaron un par de kilómetros en el intenso tránsito de Las Vegas para darnos cuenta que se trata de un auto con una suspensión más suave de lo que anticipábamos, francamente tenía miedo que al cambiar a una disposición de motor central el Corvette perdiera todas sus facultades como auto de uso diario. Pero afortunadamente no fue así, incluso gracias a sus dos áreas de carga que suman 367 litros, ofrece más espacio del que podrías necesitar para el equipaje de un fin de semana.

Adentro la experiencia es de primer nivel, no solo porque la cabina está muy bien lograda en materia de acabados y ensamble sino porque ahora el nuevo Corvette se percibe desde el puesto de mando como un auto exótico en toda regla. Los trazos son dramáticos y envuelven al conductor de tal manera que incluso lo aíslan por completo de su acompañante, el objetivo es que entregues toda tu atención al manejo.

La inspiración en un jet de combate se transmite en todo momento, el volante cuadrado con aristas redondeadas tiene buen grosor y grip, mientras que el tablero de instrumentos digital de 12”, en combinación con la pantalla táctil de 8” y el head up display, proveen de toda la información que podrías necesitar generando una atmósfera muy moderna.

Asimismo, la visibilidad hacia adelante y los lados es excelente, mucho mejor de lo que creerías. Hacia atrás, los espejos de buen tamaño son de gran ayuda, pero el central sí es bastante limitado, aunque podés activar el espejo virtual y olvidarte de ese inconveniente para siempre.

Los asientos además de tener un diseño muy atractivo, son cómodos y sujetan muy bien y en el caso de optar por el Z51 Performance Package, vienen unos asientos tipo GT2 que son todavía más bonitos y enfocados al manejo deportivo.

Una vez que abandonamos la mancha urbana era momento de hacer que el Vette estirara las piernas un poco, un pisotón al acelerador y el rugido del V8 LT2 se hace presente, ¿cómo hacen las tres de Detroit para que sus motores de ocho cilindros se escuchen así de bien?, es adictivo, no podés parar, queréss escuchar como sube de revoluciones una y otra vez, acompañado de ese petardeo que solo las cajas de doble embrague saben hacer. Jamás encendimos el audio Bose de 14 parlantes, no era necesario en absoluto.

Ya no hay opción de transmisión manual, pero la automática de doble embrague de 8va es tan rápida, que en realidad no representa sacrificio alguno, por lo menos desde el lado de la performance, claro está. Los puristas podrán opinar todo lo que quieran, pero si querés pasar cambios en cuestión de una fracción segundo, solo una transmisión automática de doble embrague puede hacer el trabajo.

La nueva plataforma fabricada en aluminio es extremadamente rígida y se siente de inmediato en el manejo, la sensación es de mucha solidez. Además, al tener el motor atrás, el volante va mucho más cerca de las ruedas mejorando también la precisión. El túnel de la transmisión es la columna vertebral de este chasis, es robusto de verdad, aunque llama mucho la atención que no existe un cardan que pase por ahí, la caja está ubicada detrás del motor, todo en la parte trasera. ¿Entonces, para qué se requiere de un túnel tan grande? Bueno, ya veremos dónde ubican la batería de las versiones Z06 o ZR1 plug-in hybrid cuando lleguen al mercado.

Regresando al Chevrolet Corvette Sintgray 2020, los 495 CV y 637 Nm son suficientes para hacer un 0 – 100 km/h en 2.9 segundos, es en verdad rápido. Pero lo realmente increíble es lo fácil que se puede ir muy rápido, este nuevo Vette es tan noble y predecible, que no es necesario tener manos expertas para acercarse a los límites con seguridad.

Pudimos comprobar lo anterior en el circuito de Spring Mountain a las afueras de Las Vegas, el Chevrolet Corvette Stingray Z51, con su diferencial electrónico de derrape limitado, sistema de frenos de alto rendimiento, circuito de refrigeración de alto desempeño y suspensión más deportiva, es bastante más que apto para la pista.

Además de acelerar de manera impresionante, el nuevo Corvette va increíblemente bien plantado, es muy neutral al límite y frena impecablemente bien. Resultó en verdad mucho mejor de lo que pensábamos.

Cuando el C7 Stingray llegó, suponía una evolución dramática con respecto de sus predecesores, además de ser un deportivo muy efectivo, ahora se trataba de un auto refinado, bien construido y de buenas terminaciones. El C8 Stingray una vez más representa una evolución dramática, el paso hacia la configuración de motor central, trae consigo todas las virtudes que Chevrolet ya había conseguido con la generación anterior, al tiempo que le da un halo de exclusividad, exoticidad y emoción, como nunca se había visto en el Corvette.

Como auto deportivo, el nuevo Chevrolet Corvette es mucho mejor que antes, eso es un hecho, pero como capricho, ahora está a niveles que antes solo estaban reservados para la élite de las marcas europeas como: Porsche e incluso, Ferrari. Eso sí, para lograrlo, tuvo que duplicar su precio.

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