Así es, se acabó el Fiesta y es que sin hacer mucho ruido este auto se despide de la línea de producción mexicana y de aquel mercado. A la Argentina solía llegar desde ese país hasta que se lo reemplazó por la versión fabricada en Brasil.
Esta partida, ya estaba más que anunciada y es que su lugar en la planta de Cuautitlán, Estado de México, ahora será ocupado por el Mustang Mach-E, el SUV eléctrico que viene a robustecer la familia del famoso pony car.
El modelo manufacturado en la factoría azteca pertenecía a la séptima generación. No está de más aclarar que el Fiesta mexiquense estaba diseñado para cumplir con las necesidades del mercado norteamericano (sumándose una carrocería sedán) por lo que se exportaba a Estados Unidos y Canadá.
Al momento de su arribo se destacó por ser un modelo muy bien equipado y seguro (algo que se veía reflejado en su costo), características que eran ajenas en aquel entonces al segmento de los autos compactos. Tampoco hay que olvidar que el motor L4 de 1.6 L con 120 CV era uno de los más potentes al momento de su lanzamiento.
Pero no todo era perfecto en el Fiesta y es que algunas de las unidades equipadas con la caja automática de seis cambios Powershift sufrieron algunos percances. Algo que fue un lastre para las ventas de este automóvil, esto a pesar que con el paso del tiempo Ford corrigió estas faltas.
Lamentablemente, aunque en Europa existe una nueva generación, es más que probable que este haya sido el último Fiesta que veremos en nuestro continente, al menos durante un largo tiempo. Una lástima, porque al final del día, su partida también significa el despedirse de uno de los autos más icónicos a nivel mundial.
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