Volvo avanza en sus planes ecológicos no solo en cuanto a la generación de autos cero emisiones, sino también tomando en cuenta sus propias plantas. La de Chengdu, que es la más grande de la marca en China, ahora está alimentada en un 100% por electricidad renovable, lo que hace que el 80% de la fabricación global de la compañía cuente con este sistema.
Si bien la idea de la firma propiedad de Geely es ser una empresa "carbono neutral" hacia el 2040, ya para el 2025 quiere contar con una fabricación completamente limpia. En ese sentido, también busca reducir la huella de carbono general por auto en un 40%, meta que se propuso desde 2018 y que espera cumplir como máximo en cinco años.
El nuevo almacenamiento a través de electricidad también está en línea con las ambiciones más amplias en la propia China, país que tiene el objetivo de reducir las emisiones de carbono de la industria y la huella de carbono resultante de la generación de energía. En el caso de Chengdu, la medida tomada por Volvo reducirá las emisiones de CO2 de la planta en más de 11.000 toneladas por año.
Hasta hace poco, la fábrica ubicada casi en el centro del Gigante Asiático ya obtenía el 70% de su electricidad de fuentes renovables. En la actualidad, con el porcentaje completo, alrededor del 65% del suministro de electricidad proviene de la energía hidroeléctrica, mientras que el resto es generada por energía solar, eólica y otras fuentes.
"Nuestro objetivo es reducir la huella de carbono a través de acciones concretas y tangibles", dijo Javier Varela, jefe de operaciones industriales y de calidad de Volvo. "Asegurar un suministro de electricidad totalmente renovable para nuestra planta más grande en China es un hito importante y subraya nuestro compromiso de tomar medidas concretas y significativas", añadió.
Desde 2008, todas las plantas europeas de Volvo cuentan con una parte del suministro de electricidad "carbono neutral", mientras que en 2018 la planta de motores en Skövde, Suecia, fue la primera de la marca en utilizar dicho tipo de electricidad en todos sus sectores.
Otros trabajos referidos al cuidado del medio ambiente por parte de la marca tuvieron lugar en la fábrica de Gante, Bélgica. Allí Volvo Cars instaló 15.000 paneles solares en 2018, en lo que fue la primera introducción a gran escala de la energía solar en su red de fabricación global. Esta y otras medidas son parte del plan ecológico que la marca sueca lanzó a fines del año pasado, uno de los más ambiciosos en la industria automotriz. La pieza central del plan es el objetivo de Volvo Cars de generar el 50% de las ventas globales de autos totalmente eléctricos para 2025, siendo el resto coches híbridos.
Los planes de Volvo no solo toman en cuenta la eliminación de emisiones, sino que también abordan el reciclaje, la reutilización de recursos y la administración ecológica de su cadena de suministro.