Gokú (cuyo nombre real es Kakaroto) es el protagonista principal de Dragon Ball, y es probablemente el personaje de anime más famoso y conocido de la historia, lo que lo llevó a convertirse en todo un icono de Japón. Incluso, y esto posiblemente te sorprenda, es tanta su relevancia que el pasado 9 de mayo se celebró el Día de Gokú, festividad que es reconocida por el propio gobierno nipón.
¿Por qué se festeja el 9 de mayo? La razón es muy simple: cuando en Japón se escribe una fecha, primero se pone el mes y luego el día, así que el 9/05 se pronuncia 5 ("go" en japonés) y 9 ("ku"), lo que da como resultado el nombre del Saiyajin criado en la Tierra.
En Autocosmos tenemos nuestro lado otaku, por lo que decidimos sumarnos a los festejos del Día de Gokú refrescándote un poco la memoria y llevándote a un viaje directo a tu infancia. Vamos a recordar cuál fue el primer vehículos que Kakaroto conoció y destruyó con su temible fuerza.
Un pequeño rival francés
Akira Toriyama, el autor y dibujante de Dragon Ball, no solo es un gran seguidor de las artes marciales, sino también de la industria automotriz, por lo que al inicio de la serie era relativamente común encontrar autos de la “vida real” tanto en el manga como en el anime. De hecho, en su momento ya realizamos una pequeña compilación reuniendo 11 autos que aparecieron en Dragon Ball.
Desde el primer capítulo de DB los vehículos se hacen presentes. Además de conocer a Gokú, en el episodio inicial también supimos de Bulma, quien manejaba un pequeño Renault R5 Turbo con el que atropella al entonces infante con la cola de mono.
En su momento, el diminuto Renault era uno de los autos más admirados del mundo, ya que se trataba de un verdadero cohete de bolsillo impulsado por un motor 1.4 L turbo capaz de erogar 160 CV a las ruedas traseras y que estaba colocado en posición central. La exótica configuración de este auto se explicaba por el simple hecho de que se trataba de la versión de calle de un modelo que se concibió para competir en el Grupo 4 del Mundial de Rally.
La velocidad máxima del R5 Turbo era de 218 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 7.7 segundos. Sin duda, era chico por fuera pero un verdadero monstruo por dentro. De hecho, dominó las temporadas 1983 y 1986 del hoy WRC.
Lógicamente, todo el poderío del R5 Turbo merecía una imagen completamente única, por lo que con respecto a un R5 convencional presentaba algunos cambios evidentes, como las enormes tomas de aire laterales y los gigantescos guardabarros, que lo hacían ser hasta 60 cm más ancho.
Parte del éxito del R5 Turbo se debió a que combinada un peso bajo (las puertas, capot y portón trasero eran fabricados en aluminio) con una puesta a punto completamente deportiva, que incluía frenos de disco de alta resistencia, una dirección fina y neumáticos de gran rendimiento.
Lamentablemente, la historia del Renault R5 Turbo en Dragon Ball fue realmente breve, ya que un inocente Gokú lo destruyó al pensar que se trataba de un monstruo. Al mismo tiempo, creía que Bulma era una especie de bruja (por el uso de los elementos de la Corporación Capsula). Vale recordar que en ese momento, el joven protagonista no tenía contacto alguno con la civilización.