Comprar una Ferrari no es solamente una cuestión de tener plata, sino que también tiene que ver con la reputación del posible comprador, y con el hecho de seguir ciertos códigos de conducta. Tal es así que hay modelos de la marca del Cavallino Rampante que sólo pueden venderse a personas que ya tengan otros vehículos de la marca en su garage.
Podría asegurar que en la actualidad Justin Bieber es amado y odiado casi en partes iguales. Donde seguro no cae bien es en Maranello, ya que Ferrari vetó su posibilidad de adquirir vehículos de la marca, luego de que el cantante incumpliera el mencionado código de conducta.
Lo que sucedió viene de larga data, y no se trató de un hecho puntual sino de varios, que terminaron colmando la paciencia de los italianos. Para empezar, allá por el 2016 Bieber ya había violado el código cuando personalizó su Ferrari 458 Italia, colocándole un color azul, un sistema de audio de 2000W y un kit de carrocería de Liberty Walk puesto por los conocidos West Coast Customs. ¿Lo peor? Le tapó el logo del Cavallino que estaba ubicado sobre los laterales.
Tapa el logo y en su cabeza está la palabra SUPRA. Hace todo mal este muchacho.
Nuevamente en 2016, el cantante estadounidense fue arrestado por manejar sin licencia, hecho que se sumó a un antecedente de 2014, donde también fue detenido por correr "picadas" con un superdeportivo alquilado.
Por si fuera poco, Bieber demostró poco interés en cuidar su Ferrari, ya que también fue noticia por “olvidarse” abandonada a su 458 en un exclusivo hotel de Los Ángeles. La gota que rebalsó el vaso fue que Bieber decidió subastar su Ferrari por USD 434.500, acción totalmente prohibida por la marca italiana.
Enchúlame la Máquina: la personalización del vehículo fue realizada por el famoso taller West Coast Customs.
Fue así como Ferrari decidió no venderle nunca más un vehículo a Bieber. Así, el cantante ingresó a una lista negra en la que es acompañado por otros famosos, como el boxeador Floyd Mayweather, el rapero Tyga, el actor Nicholas Cage y el periodista deportivo Chris Harris.
Convengamos que, en la mayoría de los casos, a las personas millonarias no les preocupa tanto estar vetadas. Es que, si algo provee la industria automotriz de lujo, es de un sinfín de opciones para satisfacer todo tipo de caprichos.