Con el inicio de junio, se actualizó el impuesto interno automotor. Se trata del segundo aumento del año, tras lo sucedido a principios de marzo, cuando la escala imponible sobre los precios de venta sugeridos al público había quedado determinada de la siguiente manera:
- 20% para los vehículos que superaban los $7.000.000
- 35% para los que superaban los $13.000.000 (aprox.)
A partir del 1º de junio, el Gobierno nacional aumentó el mal llamado “impuesto al lujo” en un 20%, en lo que fue la actualización trimestral generada a partir del Sistema de Índices de Precios Mayoristas (SIPM) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), y del valor de los vehículos 0km.
En el caso de la alícuota del 20%, pasó a afectar a todos aquellos vehículos cuyo precio de fábrica se inicia en los $5.893.963, contra los $4.905.632 del trimestre pasado. Si le sumamos el IVA (21%) y la comisión que reciben los concesionarios (15% aprox.), el valor de venta al público ascendió hasta los $8.400.000.
Con respecto a la alícuota del 35%, los autos afectados son todos aquellos cuyo precio de fábrica es de $10.881.162, cuando de marzo a mayo rondó los $9.055.000. Como siempre te comentamos, en este caso resulta más difícil calcular el precio de venta al público, debido a los sobreprecios generados por la falta de stock de unidades importadas. De todas maneras, se estima que ronda los $15.500.000.
¿Qué vehículos no pagan el “impuesto al lujo”?
Del impuesto interno automotor quedan exentas las pick-ups, ya que son consideradas como vehículos comerciales, más allá de que sus dueños/as las usen o no para ese fin. Por otro lado, la carga tributaria afecta tanto a modelos importados como nacionales, a pesar de que originalmente había nacido para proteger a la industria automotriz nacional.