A título personal, siempre he creído que el Caliber era una grandiosa idea, mal ejecutada. Era un crossover adelantado a su época y sin duda, tenía algunas virtudes siendo la modularidad la principal de ellas. Además, era un vehículo relativamente asequible y podía montar tracción AWD.
Llamado a ser el modelo que salvaría al Grupo Chrysler, terminó por hacer todo lo contrario: si bien al inicio se vendió como pan caliente, el interés generado pasó muy rápido debido a la calidad de los plásticos del interior, pero sobre todo a la mala fama generada por la caja CVT. Incluso la versión SRT-4 con sus 285 CV no sobresalió debido a un comportamiento que no fue del todo pulido y no pudo ser un sucesor correcto para el Neon SRT-4. En fin, a Chrysler le salió el tiro por la culata con el Caliber.
Lo curioso, es que la fórmula del Caliber fue reinterpretada por otros fabricantes que sí dieron en el clavo y obtuvieron un gran éxito. El caso más sonado fue el Nissan Qashqai, pero no nos desviemos del tema.
Lo que tal vez no sabías es que el este modelo estuvo a punto de ser completamente diferente al que llegó las líneas de producción. El usuario @lostboyz de Reddit, un extrabajador de Dodge, publicó las imágenes del que hubiera sido el Caliber, un Mitsubishi Lancer de décima generación con distinta parrilla y escudo.
Chrysler decidió que no era un buen sucesor para el Neon, por lo que trasladó todos sus esfuerzos (y el nombre Caliber) en el crossover en el cual estaban depositadas sus esperanzas. En 2005 se presentó un prototipo, para salir a la venta en 2006 y tener una corta vida ya que fue discontinuado en 2012.
Si Chrysler hubiera apostado por ofrecer mejores materiales interiores, una caja convencional y una puesta a punto un poco más refinada, el Caliber hubiera pasado a la historia como el auto que salvó a la compañía y no, como el que terminó de hundirla, aunque en realidad nunca lo sabremos.