Hace algunos años que la moda “neo-retro” se asentó fuertemente en la industria automotriz, y ya vimos como los VW Beetle, Ford Mustang, Chevrolet Camaro, Dodge Challenger y hasta los MIMI Cooper y FIAT 500 retomaron parte de sus formas clásicas para rendir homenaje a sus antepasados y lucir un diseño conocido y querido, pero en la década de los 90s, Nissan ya se había adelantado esta tendencia con el Fígaro.
Este auto nació como un kei car, se fabricó en la planta de Proyectos Especiales de Nissan; y sus características lo hicieron un éxito prácticamente instantáneo, al menos en Japón. El Figaro se presentó en el Salón de Tokio de 1989, y se vendió entre 1991 y 1995.
Para poder construir a este peculiar modelo, Nissan utilizó la plataforma K10, la misma que usaba el Micra o March de los 80s que no tuvimos en Argentina, aunque se le hicieron ciertas modificaciones para poder acomodarla a un deportivo pequeño.
El motor del Figaro era de 1.0 L y estaba apoyado por un turbo para producir unos 76 CV y 106 Nm, más que bien para un peso de 810 kg. Si bien tenía números y estética de deportivo, su aceleración no era la mejor, ya que lograba el 0-100 km/h en 13,5 segundos y alcanzaba unos 171 km/h.
Un detalle interesante y agradable de la construcción de este convertible era que contaba con suspensión independiente en ambos ejes, por lo que mostraba un buen nivel de dinamismo y agarre en general, algo que los entusiastas de este tipo de autos realmente apreciaban.
Si bien todas las características suenan interesantes, lo más especial era el diseño del Figaro que se inspiraba en cierta medida en la corriente Art Decó de los años 30, como hacían muchos autos que se presentaron y vendieron durante los 60.
El interior también contaba con un diseño similar, pero si bien parecía un auto clásico, contaba con todas las comodidades de un auto moderno, como aire acondicionado, lector de casettes y CD, cinturones de seguridad y hasta caja automática.
Si bien no lo parece, el Figaro también era un convertible, manteniendo los laterales fijos, y lo que se guardaba en la parte trasera era la parte central del techo.
Por fuera, las líneas redondas, contrastes en cromado, colores claros contrastados y en general su tamaño lo hicieron muy peculiar. En un inicio, Nissan había planeado crear sólo 8.000 unidades de este auto, que finalmente se vendieron increíblemente rápido, por lo que la marca tuvo que incrementar la producción en otras 12,000 unidades.
El último aspecto curioso de este Nissan es que fue tan exitoso y codiciado en Japón que para poder comprar uno se creó una especie de lotería, donde los interesados anotaban sus datos para tener una posibilidad de ser elegidos y ganar la oportunidad de comprarlo.
¿Conocías el Nissan Figaro?
Test Drive Nissan Frontier