Luego de muchos años de ausencia, Ford decidió traer de vuelta al Bronco, pero no lo hizo con un solo modelo, sino con dos, el Sport, un SUV aventurero, y el todoterreno puro, con chasis, eje trasero sólido, reductora y mucho fierro para el off-road.
El Bronco que se vende en Argentina es la versión Wildtrack con el 2.7L V6 turbo y paquete Sasquatch (Pie Grande) que incluye elementos emparentados con la familia Raptor, como amortiguadores FOX, parrillas de suspensión en aluminio, y ruedototototas 315/70 con dibujo of-road calzadas en llantas de 17” con beadlock.
La Bronco usa un chasis emparentado con el de la Ranger, pero a diferencia de la Raptor, tiene un enfoque más trialero, con más despeje y mejores ángulos. Obviamente rematan los bloqueos de diferenciales y la electrónica aplicada los distintos modos de terreno.
¿Cuál es el resultado? Acá te dejo algunos números de la Bronco:
- Ángulo de ataque – 43,2°
- Ángulo de salida – 37°
- Ángulo ventral – 26,3°
- Despeje – 292 mm
- Capacidad de vadeo – 850 mm
- Recorrido de suspensión delantera – 231 mm
- Recorrido de suspensión trasera – 251 mm
¿Qué tal es todo esto cuándo no estás haciendo off-road, que es la mayor parte del tiempo de uso, incluyendo ciudad, y ruta? En esta prueba de manejo lo analizo.
Facha de Bronco
Una de las cualidades de esta nueva generación del todoterreno de Ford es que recupera el estilo del original de 1966, incluyendo las líneas rectas, los dos resaltes en los laterales del capot y la “parrilla” que une ambas luces redondas.
Entre los elementos modernos está la iluminación LED y los lagrimales de giro, además de muchos elementos off-road como las ruedas, overfenders removibles, paragolpes de hierro con ganchos de remolque y suculentos estribos laterales.
Remata es espíritu de libertad el techo removible (a mano adelante y en el medio, y con herramientas en la cúpula trasera), además de las puertas extraíbles, lo que forzó a colocar los comandos de levantavidrios en el centro de la cabina y a anclar los retrovisores al cuerpo del potro.
Interior de Bronco
El estilo retro sigue en la cabina con un tablero plano, grande y el parabrisas bien recto. Los plásticos parecen más enfocados a la resistencia que a la suntuosidad, incluyendo una suerte de goma donde normalmente habría cuero. La parte más criticable está en el decorado que hace sándwich con el torpedo y se siente de menor calidad.
Los asientos son cómodos en todas las plazas, atrás tenés enchufe y el baúl es grande aprovechando que el auxilio va colgado del portón trasero, que se abre en dos, la parte de abajo hacia la derecha y la luneta hacia arriba. Rematan los respaldos que se reclinan dejando una gran área de carga.
El remate de todo es una cantidad de leyendas Bronco y potrillos pateando distribuida por todos lados, tanto adentro como afuera del modelo.
Equipamiento y seguridad en el Bronco
La recomendación de siempre es ver precio, equipamiento y ficha técnica del Ford Bronco en el Catálogo de Autocosmos, acá vamos por lo más destacado que incluye: cuero, asientos delanteros eléctricos y calefaccionados, cargador inalámbrico, apertura y encendido sin llaves y un largo etcétera.
La seguridad ofrece seis airbags, los cuatro frenos a disco, y la serie de ADAS que Ford suele colocar en sus productos, con dos salvedades, el control de crucero adaptativo no es Stop&Start, desconectándose cuándo llega a 30 km/h y el mantenimiento de carril no tiene centrado. Por lo demás, todas las asistencias funcionan correctamente.
Pantallas y multimedia: Bronco y Bronca
Es raro el instrumental del Bronco, híbrido con velocímetro analógico y una pantalla cuadrada, algo chica y unos gráficos muy… cuadradotes. Ojo, la info. está toda y es fácil de leer, solo que no tiene la onda del resto del SUV.
El equipo multimedia es colosal, con la mega pantalla de 14” que tiene navegador propio, una barra lateral para información extra, y la posibilidad de usar Android Auto o Carlay (inalámbricos) en una parte o en toda su extensión. Remata un estéreo firmado por B&O del que esperaba mejor sonido.
Bronco va: comportamiento dinámico
¿Qué va a pasar cuándo este todoterreno con chasis, ruedotototas y mucho despeje se ponga en movimiento?
Primero nos acomodamos correctamente con regulaciones múltiples de asiento y volante. Segundo disfrutamos del panorama con ese capot alto y recto que vemos desde atrás de un parabrisas ancho y muy vertical.
La visibilidad es buena, y los retrovisores son grandes, aunque el derecho queda ligeramente tapado por el pilar A. Rematan las cuatro cámaras que, dependiendo del modo de manejo, te ofrecen hasta guía de hacia dónde van las ruedas delanteras.
Apretás botón y el V6 de 2.7L turbonaftero te recibe con lindo sonido. Movés palancota, hay un tirón inicial, como en las pickups, y la caja se ocupa de elegir lo mejor de sus 10 cambios para moverte. El Bronco es grande, podés usar los resaltes del capot para apuntar (como en el viejo Taunus), y solo la dirección se siente algo pesada y lenta, pero todo se usa sin esfuerzo.
Con tanto caucho y despeje el Bronco se come los lomos de burro como si fueran bananitas Dolca, pero vibra un poco, como los clásicos todoterreno de antaño. Los frenos son potentes y se dejan regular fácilmente y sin hacer fuerza.
En ruta, el Bronco no va “flaneando”, pero tampoco tiene el aplomo de un SUV actual, un buen recordatorio del tipo de vehículo que estás manejando: alto, con eje trasero rígido y sobre todo rodando sobre un suculento perfil de caucho. A 120 reales (126 de velocímetro) el V6 viaja tranquilo, pero la cabina se pone ruidosa, ya sea por el dibujo de los neumáticos como por el techo que no logra ser del todo hermético.
A disposición del pie derecho tenés 334 caballos y 562 Nm, no mucho menos que los 397 CV y 583 torques de la Ranger Raptor y con un peso similar. El sonido que llega cuando acelerás no es tan lindo como en la chata, pero igual aporta una hermosa sinfonía de poder y muy buena recuperación:
80 – 120 km/h en el Bronco V6
- En D: 5,3 segundos
El tiempo es muy bueno y solo está una centésimas por debajo de la Ranger Raptor que “demora” 4,9 segundos para el mismo ejercicio. La selectora tiene un modo manual, pero es solo con botones en el pomo, más que nada destinados a mantener el cambio en off-road.
Respecto de los consumos, son correctos para el peso y potencia de este portento, y medí lo siguiente:
Consumos Bronco V6
- Urbano: 16 L/100 km
- A 120: 14,4 L/100km
¡Imaginate si tuviera un grosero V8 aspirado con caja automática de cuatro marchas! La autonomía además es buena con un tanque de 80 litros de nafta.
Conclusiones que dan Bronco
¡Qué bestia el Bronco! Lo digo en el mejor de los aspectos, un Pie Grande que pisa fuerte y en todos los terrenos, pero que a cambio pide algo de refinamiento de marcha, sobre todo en ruta.
Respecto de la Ranger Raptor, tiene más despeje, mejores ángulos, pisada más ancha, pero si tuviera que elegir me quedaría con la chata. Aunque no sea tan fanático de las pickups, la hermana con caja del Bronco suena mejor, acelera más duro y literalmente vuela, aunque sospecho que el trialero preferirá ir por el SUV. ¿Vos cuál comprarías si la plata no fuera problema?