A sólo unos meses de que el gobierno estadounidense impusiera un arancel del 100% a los vehículos eléctricos chinos, la administración de Joe Biden ha solicitado mediante el Departamento de Comercio que se prohíba la venta de todos los autos que usen software o hardware chino conectado a Internet.
Teniendo en cuenta el principio de protección a la seguridad nacional, un grupo de parlamentarios alertaron que los faricantes chinos podrían estar recopilando datos confidenciales mientras prueban su tecnología de vehículos autónomos en Estados Unidos.
Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de los EE.UU asegura que una potencia extranjera podría controlar de manera remota a todos los autos, causando accidentes masivos o bloqueando los vehículos.
La prohibición afectará a todo el software y hardware producido en China, sin importar si el fabricante es occidental, y se rumora que estos solicitaron tiempo a la Administración para poder adaptarse a las nuevas normativas. Curiosamente, hay modelos de marcas norteamericanas que estarían afectados por las nuevas normas, como los Buick Envision y Lincoln Nautilus (el modelo más vendido de la firma en EE.UU), ambos producidos en China, por lo que habrá que ver si se prohiben estos vehículos o si se hará una excepción.
Como la norma final aún no ha sido redactada, se abrió un periodo de 30 días para presentar los posibles reclamos, en los que los norteamericanos esperan que el gobierno analice la cadena de suministros, sobre todo en los autos eléctricos, y que evalúen cuán viable sería imponer esta norma.
De seguir tal y como ha sido planteada inicialmente, esta normativa entraría en vigor a partir de 2027 en cuanto al software, mientras que la parte del hardware recién se adoptaría en 2029 o 2030.