
El día tenía que llegar, finalmente toca repasar la historia de uno de los vehículos más emblemáticos de la industria argentina (si no es el más emblemático); un auto que conquistó los corazones de los argentinos e impresionó al mundo.
Estamos hablando nada más y nada menos del IKA-Renault Torino, un sedán y coupé del segmento E que se produjo únicamente en la Fábrica Santa Isabel entre 1966 y 1981, y que fue exclusivo para el mercado argentino. A continuación, te contamos su historia.
IKA-Renault Torino: origen
Rambler American en el que se basó el Torino
Los orígenes del Torino se remontan a 1962, cuando los autos “compactos” comenzaron a tener relevancia en nuestro país, y aparecieron modelos como los Valiant, Ford Falcon, Chevrolet 400, y más, e Industrias Káiser Argentina (IKA) no se quería quedar afuera.
Un año antes, IKA había firmado un convenio con American Motors Corporation (AMC) para producir en Argentina los Rambler Classic y Ambassador, y dejaron afuera el “American”, vehículo que años después decidieron tomar como base para crear un nuevo auto de tamaño más “compacto”, silueta tipo deportiva y con líneas más armónicas que las de uno norteamericano, y así nació el “Proyecto X”.
El desarrollo finalmente estuvo completo para fines de 1966, y fue presentado a la prensa en su forma final en noviembre de ese año, en un evento en el Autódromo de Buenos Aires, que duró tres días. Había nacido el Torino, un auto que terminó pasando a la historia Argentina.
Los primeros IKA Torino
Presentación del Torino en el Autódromo, con un tal Juan Manuel Fangio
Aquel modelo lanzado a fines de 1966 sigue siendo muy atractivo a día de hoy, y hace que muchas personas se queden mirándolo, y esto se debe a uno de los puntos clave del Torino: para diseñarlo, se contrató a Battista Farina (Pininfarina), quien se encargó de “redondear y estilizar” la carrocería del Rambler American, y también de mejorar notablemente el interior.
El trabajo de Pininfarina fue excelente, y si bien la carrocería mantenía ciertos rasgos del Rambler, los cambios hacían que pareciera un auto completamente diferente. Entre las modificaciones, las más notorias fueron:
- Los paragolpes eran más “finos”
- La parrilla era nueva y tenía dos faros auxiliares
- Se eliminaron las molduras tipo “cromadas” de los costados
- Las luces traseras tenían forma de “uña”
- El torpedo del interior pasó a ser de madera, entre otros
En principio, el Torino fue presentado en tres versiones: 380 y 380W (Coupé) y 300 (Sedán), y las coupé eran prácticamente iguales, pero se diferenciaban por las insignias en el guardabarros y la salida de escape. Hay que hacer un paréntesis en el diseño de la Coupé Torino, que era (y es) una belleza, especialmente por la ausencia del pilar B y por ende, las puertas "sin marco", además de la caída del techo estilizada.
En lo que respecta a mecánicas, los Torino contaban con opciones muy interesantes, todas de seis cilindros, pertenecientes a la familia “Tornado”, y todas enviaban la potencia a las ruedas traseras.
Los motores de los primeros IKA Torino fueron los siguientes:
- 3.0 L con carburador Holley 2300 de 117 CV (Tornado Interceptor 181)
- 3.8 L con carburador Holley 2300 de 155 CV (Tornado Superpower 230)
- 3.8 L con tres carburadores Weber 45 de 176 CV (Tornado Superpower 230).
Es importante mencionar que el Tornado Interceptor 181 era el que utilizaba el sedán, con caja manual de tres o cuatro relaciones, según la versión, mientras que el “Superpower” de 155 CV era el de la coupé 380, y el de 176 el de la 380W. La transmisión en estos últimos dos era una manual ZF de cuatro relaciones.
Por último, para 1969, se unificaron las versiones del sedán, y pasó a llamarse “300S”, además de que comenzó a utilizar el motor de la Coupé 380.
La primera actualización del Torino
En 1970, vino una actualización para el Torino, con el fin de renovar la imagen, además de adoptar algunas modificaciones en la gama.
Estéticamente, el Torino estrenaba una nueva parrilla que enmarcaba los faros principales y que tenía detalles cromados, incluyendo un marco para el logo del modelo (no llevaba el de IKA, sino el de un toro que imitaba el “Cavallino” de Ferrari). En la parte trasera, las luces se reemplazaron por dos opticas circulares de cada lado.
Foto: Archivo Speratti
En materia interior, el torpedo cambiaba completamente, y pasaba a tener el conocido como “tablero de avión”, que llegaba hasta el piso, donde se unía con la consola central. Entre otros aspectos destacados, podemos mencionar la incorporación del aire acondicionado.
Con respecto a las versiones, las Coupé 380 Y 380W fueron reemplazadas por las TS y GS, respectivamente, y a partir de 1973 se destacó la aparición del nuevo motor “Torino 233”, un 3.8 L que entregaba entre 178 CV y 215 CV, dependiendo de la configuración. Las opciones mecánicas fueron las siguientes:
- TS: 3.8 L y 160 CV (Tornado Superpower 230)
- TS (1973): 3.8 L de siete bancadas y 178 CV (Torino 233)
- GS: 3.8 L con tres carburadores Weber 45 y 176 CV (Tornado Superpower 230)
- GS200 (1973): 3.8 L de siete bancadas y 215 CV (Torino 233).
Si te preguntas por qué el “200” del nombre de la última versión, es porque fue el primer auto de producción nacional en superar los 200 km/h.
Por otro lado, los sedanes “S” y “TS” contaban con motores de 3.0 y 3.8 L, y en 1974 cambió el nombre de las versiones a “Flotillero” y “SE”, respectivamente.
La tercera actualización del Torino y la aparición de Renault
Si bien durante todos esos años el Torino había sido fabricado y comercializado por IKA-Renault, ya en 1975, la marca del rombo había comprado gran parte de las acciones de IKA, y en 1976 terminó de adquirirla, fundándose Renault Argentina S.A, pero el Torino se siguió fabricando.
Para 1976, llegó la tercera actualización del Torino, nuevamente con cambios estéticos leves, principalmente en el frente, que pasaba a tener luces auxiliares rectangulares, lo que obligó a que la parrilla también adoptara ese formato. En la parte posterior, también se adoptaban unas luces más “rectangulares” y alargadas.
En cuanto a las versiones, las coupé TS Y GS fueron unificadas y reemplazadas por la “TSX”, que, además de adoptar todos los cambios estéticos, se diferenciaba principalmente por la rueda de auxilio situada sobre la tapa del baúl, gracias a un soporte tipo "araña".
El Torino se comercializó únicamente en Argentina, pero algunos argentinos decidieron llevarse uno a otros lugares del mundo. Este está en Alemania
En cuanto al interior, mantenía la disposición del anterior, pero los relojes pasaron a tener fondo azul, y el torpedo pasó a ser color marfil, aspecto que no a todos les gusta.
Mecánicamente, el motor era el “Torino 233” de siete bancadas, que en este caso entregaba 200 CV y por poco no lograba superar los 200 km/h.
En 1979, Renault decidió adoptar unos leves retoques para el Torino, que serían los últimos de su vida, y la diferencia principal estaba en el reemplazo del logo del toro por el del rombo, además de otros detalles como la nervadura central en el capot o las luces de posición y giro debajo del paragolpes delantero.
Para esta última línea del “Toro”, llegaron las versiones Grand Routier (sedán) y ZX (Coupé), ambas con el motor “Torino 233”, y leves diferencias estéticas entre sí (aparte de la carrocería).
Finalmente, el Renault Torino fue discontinuado en 1981, y en sus 15 años de vida se produjeron 99.792 unidades. Los más raros de ver son los GS y 380W, con 600 y 1.241 unidades fabricadas, respectivamente, por lo que ya te imaginarás cuáles son los más codiciados; pero la historia no termina ahí.
La hazaña de los Torinos en Nürburgring
Si bien el Torino se destacó mucho como modelo de producción, también fue y es muy exitoso en el automovilismo, especialmente en el TC; y si bien los hitos de este vehículo fueron muchos, hay una historia que realza nuestro “orgullo argento.
Corría el año 1969, y el Torino iba ganando cada vez más popularidad en Argentina, pero era un modelo desconocido para el mundo (recordemos que fue un vehículo exclusivo para nuestro país), hasta que aparecieron tres unidades en Alemania, dispuestas a conquistar las 84 hs de Nürburgring.
La idea había nacido en 1966, cuando Juan Manuel Fangio y Oreste Berta viajaron al circuito a ver la por ese entonces nueva carrera, y decidieron armar un equipo de trabajo para hacer que el Torino participara de esta competencia, e intentar ganarla.
El equipo fue conducido por Fangio, y hubo tres Torinos que giraron en el Infierno Verde, con tres pilotos cada uno:
- Torino 1: Luis Rubén Di Palma, Oscar Fangio y Carmelo Galbato;
- Torino 2: Eduardo Rodríguez Canedo, Jorge Cupeiro y Gastón Perkins;
- Torino 3: Larry Rodríguez Larreta, Eduardo Copello, Oscar Mauricio Franco.
Si alguno de estos pilotos no podía correr, estaba Néstor García Veiga como suplente.
De los tres Toros, solo uno terminó la carrera, el N°3, ya que el N°2 se despistó en la hora 42 y no pudo retomar, y en la hora 50, Luis Di Palma se quedó sin luces y colisionó en una curva.
Finalmente, en la hora 80, hubo un problema en el escape del Torino N°3, lo que provocó una penalización de nueve vueltas por exceso de decibeles. En ese entonces, el Torino era el auto que más giros había dado, y finalmente terminó empatado en el tercer lugar con un Triumph.
Si bien los Torinos no resultaron ganadores de la competencia, fue un hito para Argentina y para la industria automotriz de nuestro país, ya que un auto de producción nacional estuvo peleando cara a cara con gigantes históricos como BMW, Mercedes-Benz, Ford y más.
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