
Hace algunos años, Jeep, marca del grupo FCA (hoy parte de Stellantis), tenía el objetivo de expandir su oferta a más gente y más mercados, dejando de ser una firma “de nicho” y apostando más por el volumen.
Con los objetivos claros, en abril de 2015, la marca de las siete ranuras abrió una planta en Goiana, Brasil, dando inicio a la producción con el Jeep Renegade, un SUV del segmento B que en ese entonces era toda una novedad, no solo por su diseño y su concepto, sino también porque contaba con variantes orientadas al off-road que permitían acercar el “ADN Jeep” a más gente.
Curiosamente, el Jeep Renegade, que fue el primer modelo de la marca fabricado en Brasil, se sigue produciendo, sin ningún cambio generacional, solo restylings que modificaron la estética, el equipamiento, y la mecánica.
En 2016, se sumó la segunda generación del Jeep Compass a la planta, un SUV del segmento C que se destacaba por su diseño y sus versiones con tracción integral, ideales para salir del asfalto. Al igual que el Renegade, el Compass no tuvo un cambio generacional aún (se espera que la tercera generación debute mundialmente este año), y en nuestra región fue evolucionando en materia estética, mecánica, tecnológica, y más.
En 2021, se sumó el tercer y por ahora último modelo a la planta, el Jeep Commander, un SUV de siete asientos basado en la plataforma del Compass; y fue el primer Jeep desarrollado en Brasil. Por ahora, este modelo recibió nuevas motorizaciones recientemente, junto con algunas mejoras más.
En el país vecino, Jeep vendió aproximadamente 1,1 millones de SUV en los últimos 10 años, posicionándose como la marca más vendedora de este tipo de vehículos en la última década, y duplicando a la firma que se posiciona en segundo lugar.
Si tuviste o tenés un Jeep hecho en Brasil, compartí tu experiencia en nuestras redes sociales, pero recordá, fundamentando y sin agredir.
Test Drive Jeep Compass 1.3 turbo
