
Imola se convierte, una vez más, en tierra de presagios, no solo por su historia cargada de épica y tragedia, ni por el trazado que serpentea como una cicatriz en el corazón de la Emilia Romagna, sino por una ansiedad que crece con cada rumor: Franco Colapinto podría volver a la Fórmula 1 en ese circuito mítico, del 16 al 18 de mayo. El piloto argentino, que debutó en la F.1 en 2024 con Williams, estaría listo para reemplazar a Jack Doohan en Alpine, en una jugada que mezcla presión ejecutiva, negocios millonarios y el fervor de una hinchada que no necesita confirmación oficial para hacer las valijas.
Desde que comenzó la temporada 2025, la butaca número 2 de Alpine se volvió el centro de una novela de desgaste. Doohan, el joven australiano elegido para acompañar a Pierre Gasly, no ha sumado puntos en ninguna de las cinco presentaciones de este año y su rendimiento ha oscilado entre lo discreto y lo decepcionante. La última carrera en Arabia Saudita lo encontró en el fondo del pelotón, sin ritmo y con la moral golpeada. Su propia autocrítica fue tan sincera como sombría: “Voy a mantener la cabeza baja y concentrarme en lo que viene”.
El equipo no ha emitido señales claras de un reemplazo, pero eso no ha frenado el oleaje mediático ni la euforia colectiva. Todo se potencia por una figura que opera entre las sombras con la habilidad de un ajedrecista de élite: Flavio Briatore.
El asesor ejecutivo de Alpine fue quien gestionó la llegada de Colapinto desde Williams por una cifra que rondaría los 20 millones de dólares. No se trata solo de una apuesta deportiva. Es un proyecto político y económico dentro del ecosistema del equipo del Grupo Renault. Y Briatore no es de los que invierte a largo plazo si no hay un retorno pronto.
EL PUNTO DE QUIEBRE SE LLAMA MIAMI
Mientras Colapinto gira en el simulador de Enstone y colabora en la puesta a punto de los autos que compiten sin él, Doohan se prepara para lo que puede ser su última oportunidad. El Gran Premio de Miami, el 4 de mayo, aparece como un examen final sin margen de error. Lo sabe él, lo sabe su entorno y lo respira el paddock.
Doohan lo enfrenta con entereza. Plantea objetivos concretos: entrar entre los diez primeros en clasificación y sostenerse en zona de puntos durante la carrera sprint. “Tenemos un buen periodo para desconectar, reiniciar y pasar un par de días en el simulador”, explicó, intentando resucitar una confianza que parece flaquear con cada stint de carrera.
Doohan también reconoce que el problema está en la gestión de neumáticos y en las estrategias demasiado ambiciosas que lo han dejado a la deriva. “Una vez que empecemos un poco más arriba, podremos estar más sincronizados, no ser tan aventureros en la estrategia”, reflexiona. Pero Alpine no puede esperar indefinidamente. La temporada europea se acerca, y con ella las decisiones de peso.
IMOLA, SEÑALES Y UN CÍRCULO QUE SE CIERRA
Muchos apuestan a que Colapinto estará presente en Imola. De hecho, allegados al piloto ya preparan el viaje y se habla de una fuerte presencia argentina en ese fin de semana. ¿Coincidencia? Para muchos, una confirmación silenciosa de que esa será la carrera en la que Franco volverá a subirse a un Fórmula 1 como titular.
Si algo hace aún más simbólica la posibilidad, es el recuerdo fresco de lo que Colapinto logró en ese mismo circuito el año pasado. En la última vuelta de una carrera electrizante de Fórmula 2, superó a Paul Aron con una maniobra impecable y se llevó la victoria que le dedicó a Juan María Traverso, fallecido días antes. Esa actuación no solo le ganó el corazón del público: fue el punto de quiebre que captó la atención de James Vowles, jefe de Williams, quien decidió ponerlo al volante del auto que conducía Logan Sargeant, a partir de Monza.
Ahora, la historia parece querer repetirse. Un año después, en el mismo lugar, el argentino podría retomar su camino en la elite del automovilismo mundial, pero esta vez con una estructura distinta, aunque con una hinchada que ya no pide: exige.
EL FERVOR NO SE NEGOCIA
Argentina está encendida. Cada actuación gris de Doohan reaviva el fuego. Las redes sociales son una olla a presión donde los fanáticos analizan, cruzan datos, interpretan señales y presionan. La campaña lanzada por YPF -que ofrece viajes para ver a Colapinto en los Grandes Premios de Imola y Barcelona- fue interpretada por muchos como una declaración anticipada. “Alentá a Franco”, dice el anuncio. El combustible no es lo único que están vendiendo: es ilusión, nacionalismo y un lugar en la historia.
Por otro lado, se suma el acuerdo entre YPF y la energética italiana Eni, patrocinador de Alpine. Una alianza comercial que en clave Fórmula 1 suena a movimiento estratégico. Las piezas se alinean, los contratos se cierran, y las esperanzas toman forma de certezas no declaradas.
UN SILENCIO QUE HABLA FUERTE
Desde Alpine, por ahora, silencio. Ni confirmaciones ni desmentidas. La jugada se cocina a fuego lento, mientras Briatore teje, Colapinto trabaja y Doohan resiste. La Fórmula 1 no es indulgente: es un negocio donde el rendimiento manda y las oportunidades se ganan, pero también se negocian; y a veces, se compran con visión y coraje.
Si Imola es, como muchos creen, el punto de retorno para Franco Colapinto, será también el cierre de un círculo perfecto. El lugar donde demostró que podía; y ahora, el lugar donde tendrá que confirmar que está listo.
Fuente: Automundo

