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BMW experimenta con un sistema de aceite térmico para el área de pintura

El Grupo realizó pruebas piloto en su planta de Regensburg, y promete ahorrar 480 toneladas de CO2e por año.

BMW experimenta con un sistema de aceite térmico para el área de pintura

Con el fin de reemplazar el gas natural por energías renovables y descarbonizar la producción de vehículos, BMW Group está electrificando sus talleres de pintura, y ahora, comparten los resultados de una prueba piloto recientemente realizada en su planta de Regensburg.

La prueba consistió en la instalación de un sistema de aceite térmico como medio de transferencia de calor, que según la marca permite “desacoplar la generación de calor de los demás componentes del sistema, y que el suministro de energía a las líneas de recubrimiento se adapte de manera flexible en cualquier momento”.

Samuel Flieger, gerente de proyecto para la planificación técnica en el área de pintura de la planta de Regensburg, afirma: “Una ventaja de cambiar a aceite térmico es la flexibilidad para elegir la fuente de energía para la generación de calor en nuestros talleres de pintura. Por ejemplo, el aceite térmico puede calentarse utilizando electricidad, energía geotérmica, energía solar térmica, o incluso un sistema de calefacción alimentado por hidrógeno. La capacidad de cambiar de combustible rápidamente en cualquier momento hace que nuestros talleres de pintura sean más resilientes”.

Así fueron las pruebas con el aceite térmico

Las pruebas fueron realizadas aprovechando el período de interrupción de producción durante año nuevo, en el que se reemplazó el equipo de secado alimentado por gas de una de las tres líneas de capa superior, por un sistema de aceite térmico calentado eléctricamente.

La nueva unidad de calefacción eléctrica transfiere calor al aceite térmico, en lugar de calentar directamente el aire alrededor de las carrocerías en la cámara de secado, después de la aplicación de pintura. Luego, el aceite circula en un circuito cerrado y calienta el aire en la cámara de secado gracias a intercambiadores de calor, alcanzando temperaturas de varios cientos de grados, y manteniéndose estable incluso a estas altas cifras.

El calor residual generado se recupera y reutiliza como calor de proceso, reduciendo la temperatura del aire de escape liberado a través del techo de la sala, y los resultados fueron muy positivos, reflejando una reducción de aproximadamente un 40% en el consumo total de energía del equipo de secado.

Finalmente, la marca afirma que el cambio a calefacción por aceite térmico, combinado con la mejor eficiencia energética del sistema harían que se reduzca la huella de carbono del taller de pintura de la planta en aproximadamente 480 toneladas de CO2e por año.

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