En 2012 y luego de muchos años en el ruedo, llegó una nueva generación de la Chevrolet S10 que se ponía a tono con la creciente oferta de pick-ups de última horneada. En ese momento la versión manual del moño tenía 5 cambios y 180 CV, por eso aprovechamos la excusa de manejar la versión especial High Country para probar la nueva caja de 6º y el motor con 200CV.
Diseño e interior
En varios casos, el nuevo sistema reduce la cantidad de pasos para ir de una función a la otra ya que no requiere pasar por la pantalla de Home.
Estéticamente la Chevrolet S10 sigue siendo la misma aunque esta versión High Country suma una serie de elementos que le dan un toque especial. Entre los componentes destacados están el protector delantero, la barra antivuelco de estilo aerodinámico que se integra a las líneas del cuerpo, las barras de techo, las llantas de 18” en aleación y varios detalles más.
En la cabina lo primero que destaca a la Chevrolet S10 High Country es el tapizado marrón que se extiende por butacas y contrapuertas, y que queda bien en combinación con el tono oscuro del tablero, los decorados en negro piano y cromo, y la sección superior en colores claros.
Un dato no menor, y que cambió desde el lanzamiento de la nueva S10, es el estéreo que dejó su lugar a una central multimedia comandada por una pantalla táctil de 7”. El nuevo sistema se comporta bien, tiene navegador, conexiones de todo tipo (USB, Aux, Bluetooth) y puede leer películas (solo con la pick-up quieta), pero sobre todo tiene algunos botones físicos y dos perillas, lo que facilita muchísimo su operación y en varios casos reduce la cantidad de pasos para ir de una función a la otra ya que no requiere pasar por la pantalla de Home.
Por el resto, volvemos a destacar los guarda-cosas desperdigados por la cabina y personalmente, me sigue gustando mucho el control del climatizador; quizás su diseño no es muy estilo pick-up, pero es atractivo y fácil de usar.
Comportamiento dinámico
La potencia del motor es más que suficiente para humillar a muchos en un semáforo o cambio de carril.
Al igual que el resto del segmento de las pick-ups medianas, la Chevrolet S10 ocupa una porción importante de asfalto y esto hay que tenerlo en cuanta a la hora de moverse en la ciudad, por un lado hay que tener cuidado cuando nos metemos en calles angostas, por el otro impone bastante respeto ante los demás.
La posición de manejo es buena, la dirección se ajusta solo en altura y la butaca (con regulaciones eléctricas en este caso) queda algo alta. Los asientos anatómicos son muy cómodos y solo se puede acusar cierta incomodidad respecto de la pedalera. La visibilidad queda a cargo de dos retrovisores externos XXL y hacia atrás se limita el panorama debido a la caja alta, algo que en nuestro caso resolvió la cámara de retroceso.
En ciudad se aprecia el confort de marcha de las suspensiones tirando a suaves, la transmisión es algo dura y la palanca con vástago largo, algo que mantiene el encanto propio de estar manejando una pick-up. La potencia del motor es más que suficiente para humillar a muchos en un semáforo o cambio de carril. Aunque Chevrolet haya decidido mantener una cilindrada relativamente alta (casi 3.0L) el cuatro cilindros está tan “comprimido” que se comporta como varios TDi de autos actuales, bastante letárgico hasta las 1.200 rpm con un despegue meteórico de poder a partir de los 1.500 giros.
En ruta la Chevrolet S10 se desplaza muy bien, es algo esponjosa y le cuesta un poco controlar los balanceos longitudinales (cabeceo) pero a cambio ofrece muy buenos niveles de absorción de irregularidades. La 6º relaja al motor para mantener sus consumos y rumorosidad contenidos, algo que permite largos viajes en completo confort.
Conclusiones
Debido a diversos factores, desde la llegada de su nueva generación la Chevrolet S10 quedó bastante relegada en los rankings de ventas y quizás hoy esté fuera del panorama del consumidor a la hora de buscar una nueva pick-up mediana. Esto es una lástima porque es un producto bien redondeado, tiene “facha”, es cómoda y el motor empuja muy bien pero con consumos contenidos.