Vendé tu auto
Test drive

Nuevo Chevrolet Cruze, primeras impresiones en Argentina

¿Estará a la altura de las circunstancias el nuevo sedán del moño producido en Argentina?

Nuevo Chevrolet Cruze, primeras impresiones en Argentina

Ya es un hecho, el nuevo Chevrolet Cruze producido en Argentina se acaba de lanzar a la prensa hace pocos días, y si bien falta un poco para su llegada a nuestras calles, las 200 unidades puestas en preventa ya tienen dueño.

En Autocosmos ya tuvimos oportunidad de manejarlo durante su lanzamiento en México, donde también es producido junto a 3 plantas más que incluyen a EE.UU., Corea y Argentina. Ahora tuvimos oportunidad de ponernos tras el volante del nuevo Chevrolet Cruze en nuestras tierras, en el trayecto que une Villa La Angostura con el hotel Llao Llao que ofreció rectas y curvas de todos los ángulos, desde las más abiertas hasta las cerradas.

 

Entra por los ojos

Indudablemente es un auto global y como tal tiene un poco del gusto de cada principal mercado donde es o será comercializado

Antes de subirnos, hablemos de la impresión que deja en el ojo el nuevo sedán del moño. Indudablemente es un auto global y como tal tiene un poco del gusto de cada principal mercado donde es o será comercializado, aunque el patrón oriental suele ser predominante. El parabrisas y el pilar C muy lanzados junto con capot y baúl en caída trabajan en este aspecto, así como las luces alargadas se sobresalen del cuerpo.

La personalidad del nuevo Chevrolet Cruze está en el frontal, bien emparentado con las nuevas creaciones de la marca como los Camaro y Malibu (ambos modelos ya probados por Autocosmos), y también en el trabajo de nervaduras laterales, que también tienen algo de Opel, no en vano el modelo se comercializa como Astra bajo el escudo germano propiedad de GM.

 

Puertas adentro

La cabina del nuevo Chevrolet Cruze es muy espaciosa, especialmente para piernas y cabezas en las plazas traseras, pero por suerte respeta el espíritu propio del auto: no está sobre elevado. Los asientos se ven grandes y cómodos, algo que comprobé al colocar mi cuerpo en ellos (también viajé en el asiento posterior mientras manejaba un colega).

Parte del tablero está forrado en eco-cuero, sin embargo, el espíritu es más tecno que elegante

El diseño general del tablero es simple, respeta la idea de simetría del Cruze anterior y de varios modelos de la marca. Los plásticos y encastres podrían ser mejorados, por ejemplo la parte superior del tablero tiene un fino engomado, cuando hay modelos del segmento con materiales más acolchados, y hay luces en algunos empalmes. Hay cromados, un decorado gris bordeando la gran pantalla central y parte de la plancha está forrada en eco-cuero, sin embargo, el espíritu es más tecno que elegante.

Cuando hablamos de tecno nos referimos claramente a la pantalla central de 8” utilizada en las versiones LTZ y LTZ+, que además de incluir todo tipo de conectividad, Apple Car Play, Android Auto y el nuevo servicio de OnStar, es fácil de usar y rápida. La plata estuvo invertida en este rubro, no quedan dudas.

El remate está en el cuadro de instrumentos con otra gran pantalla color, fácil de operar entre sus múltiples menús mediante los controles del volante.

 

Comportamiento dinámico

Si hablamos de dinero invertido, se nota que gran parte del presupuesto fue a parar al motor, a la caja automática y a la insonorización del nuevo Chevrolet Cruze.

Si bien el 4 cilindros es un 1.4L y su potencia final de 153 CV no parece deslumbrante, la clave está en los 245 Nm que permite el turbo, un torque similar al de un 2.5L de aspiración natural. Atrás quedaron los tirones de la caja automática, la nueva transmisión pasa con fluidez entre sus 6 relaciones, y si bien no le gusta rebajar, apenas pasamos la mitad del acelerador coloca el cambio inferior y el nuevo Chevrolet Cruze empieza a ganar velocidad rápidamente. Debido a la uniformidad del torque no se siente picante, pero la aguja del velocímetro trepa con soltura.

Se nota que gran parte del presupuesto fue a parar al motor, a la caja automática y a la insonorización del nuevo Chevrolet Cruze

El grueso burleteado hace muy bien su trabajo, no se filtran ruidos a la cabina, en parte también gracias a la 6ta larga que permite viajar a 120 km/h de velocímetro (unos 113 km/h reales) con poquito más de 2.000 rpm.

La dirección eléctrica es suave y progresiva, y si bien tiene el tacto adormecido propio de estos sistemas, permite apuntar correctamente al nuevo Chevrolet Cruze en la dirección deseada. En los curvones el rolido está correctamente contenido y se nota que hay reservas de gripo en sus neumáticos.

El perfil medio, tirando a bajo de las cubiertas 215/50 en llanta de 17” puede volverlo un poco áspero en las zonas urbanas, pero el confort es grande y se nota un trabajo muchísimo más refinado de las suspensiones respecto del Chevrolet Cruze original. Completa el sistema Start/Stop cuya acción al encender el motor es suave, casi libre de vibraciones.

 

Conclusiones

Es muy prematuro para sacar conclusiones, pero podemos decir que el nuevo Chevrolet Cruze está a años luz de su antecesor, es más potente y sobre todo refinado. Si bien la calidad del interior está en la base de lo que se ve en el segmento (no es el único), se nota que se invirtió en calidad de marcha, insonorización, mecánica y tecnología.

En el último aspecto no podemos dejar de lado los aspectos de seguridad desde la versión base, ni los múltiples trucos de la versión tope de gama, LTZ+, que incluye aviso de punto ciego, aviso de choque inminente, sensor de presión de neumáticos e incluso cargador de celular sin cable y todo a un precio (de lanzamiento) muy competitivo.

Hernando Calaza recomienda