Las preferencias de los clientes cambian drásticamente en todo el mundo. Todos quieren una SUV, o por lo menos eso dicen las cifras. Sedanes, hatchbacks y coupés pierden terreno irremediablemente. Ford ya dio el primer paso en Estados Unidos con su cese de producción de sedanes y hatchs, pero de seguro no será la única marca.
BMW es un fabricante cuya reputación se ha cimentado en sus autos. Sin embargo, la casa bávara lejos de resignarse como Ford a dejar morir a los hatchbacks, sedanes, coupés o la combinación de ambos, los sigue perfeccionando, y el último Serie 5 es una buena muestra.
Al mismo tiempo, BMW ha venido desarrollando una gama cada vez más robusta y refinada de SUVs, un ejemplo de ello es la más reciente X3, un productobien ejecutado desde cualquier perspectiva y un manejo que no sólo la posiciona por encima de sus rivales (Audi Q5 y Mercedes-Benz GLC), sino que la coloca prácticamente a la par de la impecable Porsche Macan.
Lo anterior sirve como preámbulo para entrar en materia de la más reciente SUV de BMW, la X2, que comparte plataforma con X1, Serie 2 Active Tourer y prácticamente toda la familia MINI. O sea, que la tracción es delantera, aunque en otros mercados hay opción integral.
Ligeramente egoísta
La BMW X2 luce un diseño agresivo y dinámico, con proporciones que nos recuerdan más a un shooting brake o a un hatchback que a una SUV. Cuenta con elementos de diseño que aportan frescura, como los emblemas de la marca montados en los costados, a la altura del Poste C, homenaje a icónicas coupés de antaño como el 3.0 CSL. La parrilla de doble riñón no podía faltar, y fiel a lo que nos acostumbra la marca en sus entregas más recientes, es enorme.
Por su parte, el interior es típicamente BMW, con muchos botones y una gran pantalla flotante en la parte central del tablero. De serie es de 6,5” y opcionalmente puede ser de 8,8”. Al igual que el resto de la gama, se controla mediante el iDrive y gracias a la nueva interfaz de bloques es sumamente fácil de entender y operar.
En general, la calidad de materiales y ensamble están muy bien, a la altura de lo que debe ser un vehículo premium. Algunos detalles la hacen ver fresca y juvenil, como la iluminación LED que se extiende desde el tablero y continúa en las puertas. Asimismo, la consola central tiene una clara orientación hacia el conductor, ya que el diseño excluye un poco al copiloto.
Es importante destacar que en general hay pocos espacios para guardar objetos y además son pequeños. La cabina es poco práctica, un aspecto que muestra la orientación más personal que tiene la X2. De cualquier manera, lo anterior no significa que se hayan hecho sacrificios en materia de espacio para los ocupantes, ya que el espacio está muy bien aprovechado y cuatro adultos pueden viajar con comodidad.
Algunos otros elementos como el Head Up Display, techo solar panorámico o la compatibilidad con Apple CarPlay, así como la App de BMW que permite interactuar con el sistema multimedia, suman para lograr una atmósfera moderna y agradable.
Deportiva, adentro y afuera
Al volante se nota inmediatamente el tradicional enfoque de BMW en el buen manejo. La X2 se maneja muy bien. Es noble, bien plantada y predecible, pero sumamente ágil, comunicativa y precisa. La dirección es rápida y con buena respuesta, mientras que el ajuste de la suspensión es más bien duro, de orientación más deportiva que de confort, algo que se agudizaba todavía más en nuestra unidad de prueba que montaba llantas de 20” opcionales.
Estas llantas se ven increíbles, pero sí hacen un poco ríspida el confort de marcha y además al llevar neumáticos de perfil tan bajo, se corre el riesgo de reventarlos al primer pozo, por lo que yo no recomendaría colocarlos.
Mecánicamente solo hay una opción disponible. Un motor de 4 cilindros y 2.0 L turbo que entrega 192 CV y 281 Nm. Se asocia a una transmisión automática de doble embrague y siete cambios que envía la potencia al eje delantero.
El conjunto responde con mucha contundencia, permitiendo que la X2 se mueva con mucha agilidad y responda de buena manera. En todo momento se percibe excelente capacidad de aceleración y reservas de potencia para que cualquier recuperación sea fácil. Por si fuera poco, con los frenos M Performance el desempeño es tremendo, el sistema parece completamente resistente al cansancio y transmiten una confianza como deportivo más serio.
Resumiendo
Una de mis dudas principales antes de manejar la nueva BMW X2 era si la marca habría logrado diferenciarla adecuadamente de su hermana, la X1 y que no fuera simplemente lo mismo pero ligeramente distinto. Afortunadamente la ejecución es muy buena, y la X2 se percibe como un producto mucho más personal que su hermana, más práctica y familiar, al igual que rivales como la Volvo XC40 o Mercedes-Benz GLC.
El manejo es más divertido, al tiempo que la experiencia a bordo es claramente premium y para el que busque en este segmento una SUV de comportamiento deportivo, la elección lógica es la X2. Sin embargo, no dejo de pensar que si lo que se busca es un auto pequeño de orientación deportiva, BMW tiene en mi opinión, una mejor respuesta aun cuando ésta no sea tan de moda, y es el Serie 2.