Aunque el Escarabajo siempre llevó el emblema de Volkswagen, en su origen se trataba de un Porsche, debido a que fue desarrollado por Ferdinand Porsche mediante su empresa Dr. Ing. h. c. F. Porsche GmbH como un pedido de la administración nazi antes de finalizar la década de 1930. Tras varios meses de desarrollo, el proyecto se concretó y fue así que nació el Volkswagen Type 1, el que a la postre se convertiría en uno de los autos más vendidos del mundo.
Una vez iniciada la producción de este modelo conocido como Käfer, Beetle, Escarabajo (o Vocho en México), Ferdinand Porsche tuvo la idea de desarrollar una versión “deportiva” si se puede llamar de algún modo. De esta manera, 1939 inició el proceso de desarrollo del que llamaría Volkswagen 39, que dentro de sus particularidades estaba la incorporación del motor del Type 64, un auto de competición que participó en la competencia Berlín-Roma. Así, el VW 39 por medio del motor bóxer de 985 cc entregaba una potencia de 32 CV.
Ferdinand Porsche y su hijo manejaban con frecuencia el Volkswagen 39 bautizado como Pretzel Beetle, entre la ubicación de producción en Zuffenhausen -la planta de Volkswagen en Wolfsburg, que aún estaba en construcción- y la capital, Berlín. Con este motor más potente, el vehículo alcanzó una velocidad máxima de 145 km/h.
Junto a la adopción de más poder, este vehículo tenía otras soluciones como las piezas de la carrocería fabricadas en una prensa, método de producción que luego se desarrollaría y usaría permanentemente. Además de esto, el VW 39 tenía otro distintivo y era el pliegue vertical en la parte trasera.
Aunque el plan de Porsche era construir 50 unidades del Volkswagen 39, el estallido de la Segunda Guerra Mundial únicamente permitió la producción de 14 ejemplares, de los cuales 13 fueron destruidos o extraviados durante el conflicto bélico. Por suerte, la única unidad que sobrevivió de las ruinas existe a la fecha, se trata del ejemplar con el número de chasis 1-00003 que habita en un museo de Hamburgo.
Aunque antes de llegar a este lugar, el vehículo fue recuperado de las ruinas para luego ser vendido a un coleccionista en 1948. Debido a que el trabajo de restauración no había sido el óptimo, de inicio fue pintado en color gris y le incorporaron piezas que no eran las originales, hace unos años fue sometido a una meticulosa restauración para devolverlo a su estado original.
Después de más de tres años de trabajo con un especialista para los primeros modelos de Volkswagen, el número 1-00003 fue reparado. Muchos componentes tuvieron que ser especialmente fabricados a mano para esta labor. Gracias a esto, el único VW 39 que todavía existe ahora brilla como el primer día.