Muchos de los que son de mi generación, nacidos a finales de los años 80, nos acostumbramos a ver como el estándar de la industria siempre lo impuso Mercedes-Benz, mientras que las innovaciones venían o de Francia o de Japón. Sin embargo, con el correr del tiempo nos dejamos de impactar. Ponerle más CV a un auto ya no era llamativo, ni tampoco ver como se llenaban de pantallas. Si hasta la Fórmula 1 se estandarizó.
Afortunadamente, hay un personaje muy particular que con su trabajo supera lo visto en cualquier marca moderna: Christian von Koenigsegg. Al sueco nunca se lo asocia con genios de la talla de Elon Musk o Steve Jobs, pero el nivel de desarrollo que alcanzó con su empresa hace que lo vea como uno de los genios de la industria automotriz actual. Y no me avergüenzo en molestarte con esta introducción, porque el Koenigsegg Gemera es un auto que hace que un Bugatti Veyron sea poca cosa. Claro que si se hubiese realizado el Salón de Ginebra, este sería por lejos el mejor auto.
Exterior
El Gemera es un auto muy extraño, porque tiene la silueta de un deportivo muy al estilo de McLaren o Ferrari, pero con una cabina alargada que da la sensación de que fue trabajada con Photoshop. La cuestión es que esta cabina contiene cuatro asientos y, como el habitáculo es técnicamente una celda de fibra de carbono, no necesita un pilar B, por lo que da la sensación de ser algo así como un biplaza estirado, con una gran superficie vidriada. Vinculado a esto, lo segundo que podés notar es que no tiene puertas para las plazas traseras, porque las únicas que hay son largas y se abren completamente hacia arriba, como en un Lamborghini, ofreciendo espacio suficiente para que puedas subirte en los asientos de atrás.
Claro que esto es solo un atributo de diseño. Porque lo que va a hacer que te agarres la cabeza es su tren motriz, que consiste en un pequeño motor a combustión y tres motores eléctricos.
El sistema de propulsión, innovador
Comenzando con el motor a combustión, Koenigsegg lo ha bautizado como "Tiny Friendly Giant" o TFG (Pequeño y amistoso gigante). Es un tricilíndrico de 2.0 L con doble turbo, el cual puede funcionar con etanol de segunda generación, metanol ecológico (carbono neutral), E85 y nafta común (en el peor de los casos). Con los dos primeros tipos de combustibles, el auto prácticamente no emite CO2 al ambiente.
Y la especialidad de la casa; Koenigsegg ha dotado a este motor con su famosa transmisión de un solo cambio, debutada en el Regera, y explicada en esta nota. Pero la magia del impulsor está en que no tiene árbol de levas, gracias a que cuenta con el revolucionario sistema "Freevalve", en desarrollo desde hace un tiempo. Esto significa que tanto las válvulas de admisión como de las de escape son controladas electrónicamente e independientemente, permitiendo eliminar el throttle y añadir infinitas variaciones de tiempo y ángulo de apertura. Incluso, puede desactivar cilindros o modificar el ciclo de combustión de manera infinita e inteligente, según se prefiera.
Los beneficios de este sistema no son solo en rendimiento, sino también en eficiencia, ya que es entre un 15 y 20% más eficaz que un motor de cuatro cilindros de 2.0 L, con inyección directa y apertura variable de válvulas.
Además, Koenigsegg estudió los ciclos térmicos del motor, lo que le permitió desarrollar avances para calentarlo más rápido, al igual que el convertidor catalítico. Eso permitió que el impulsor no emita gases nocivos, incluso cuando se arranca en frio. Otro detalle: cada uno de los turbos del motor está asociado a una válvula de salida por cilindro, simplificando su funcionamiento. Si no se necesita usar uno de los dos, se bloquea una de las dos válvulas.
El resultado es de 600 CV y 600 Nm de torque máximo (400 Nm en rango promedio). El block es liviano (pesa 70 kilos), tanto que se puede llevar en una valija. Y aunque es tricilíndrico, Akrapovic se encarga del sistema de sonido, con un sistema de escape especial.
Pero este motor viene acompañado de un generador integrado, con 400 CV y 500 Nm de torque, más dos motores independientes para cada rueda trasera, con 500 CV y 1.000 Nm cada uno. El resultado final es de 1.700 CV de potencia y 3.500 Nm de torque máximo, aunque todo combinado y en uso mixto, da entre 1.100 y 1.400 CV. Aún así, podés manejarlo solo en modo eléctrico por 50 kilómetros. Con todo, podrías recorrer 1.000 kilómetros. Además, alcanza los 100 km/h en 1,7 segundos y puede llegar a los 350 km/h con 1.600 Nm de torque aún disponibles, por lo que se piensa que podría superar fácilmente los 400 km/h.
Por último, el auto tiene tracción, dirección y torque vectoring a las cuatro ruedas. Incluso, Koenigsegg puede ajustar la dirección del eje trasero, independientemente por cada rueda, para así entregar mayor maniobrabilidad o estabilidad en ciertas situaciones.
Interior
A pesar de que todas sus bondades técnicas lo llevan hasta los 1.700 CV, el Gemera puede llevar a cuatro personas, gracias a sus posavasos climatizados, cámaras laterales en lugar de espejos retrovisores, climatizador de tres zonas, pantallas individuales para cada pasajero de la fila de atrás, sistema de audio premium con 11 parlantes, dos cargadores inalámbricos, sistema de apertura táctil (Autoskin, sin manijas), cámaras en 360º y conectividad para Apple CarPlay. También cuenta con seis airbags inteligentes, sensor de luz y lluvia, dos extintores, control de tracción multimodo, suspensión ajustable y algunas asistencias como el control crucero semiautónomo, asistente de estacionamiento o mantenimiento de carril.
Se fabricarán solo 300 unidades, por lo que se transformará en uno de los autos más exóticos jamás creados en la era moderna. Y, quien te dice, también en la historia.
Abajo, en el video, un regalo: el más puro reflejo de cómo se trabaja en Koenigsegg. En Ginebra, mientras las demás marcas embalaban sus autos y desarmaban sus stands del Salón... Christian von Koenigsegg mantuvo sus autos y, junto a su equipo, grabó la presentación de sus modelos para todos ustedes.
The Show Must Go On - Koenigsegg #GIMS2020