Lejos está de ser un secreto que la movilidad “ecológica” avanza a pasos agigantados. Tanto con modelos híbridos como 100% eléctricos, el desarrollo llevado a cabo por una gran cantidad de fabricantes automotrices es cada vez mayor, lo que no hace más que adelantar la fecha del final de la producción de los vehículos a combustión interna.
En particular, las unidades con motores Diésel parecen ser las primeras que sucumbirán ante las cero emisiones. Ya el año pasado Europa vivió una situación inédita cuando la venta de coches electrificados superó a la de gasoleros, algo que se veía venir desde hacía ya un lustro por la caída de los Diésel (gracias al famoso “Diéselgate”) y que se potenció por la suba veloz y sin precedentes de los “ecológicos” desde mediados de 2019. Además, durante los primeros nueve meses de 2020 en el Viejo Continente la venta de vehículos en general cayó un 29%, mientras que la de híbridos enchufables y eléctricos aumentó un ¡122%!
Sabemos que una enorme lista de marcas, que abarca desde Mercedes-Benz hasta General Motors, pasando por Tesla y Volvo, tomaron a la movilidad eléctrica como uno de sus baluartes de cara al futuro inmediato. Algo similar parece haber hecho el flamante conglomerado Stellantis, dueña de la fábrica de motores Diésel más grande del mundo.
Ubicada en Tremery, Francia, la planta de la empresa surgida tras la alianza de PSA y FCA empezó a producir impulsores eléctricos, y si bien en 2020 apenas cubrió menos del 10% de la fabricación total del lugar, se espera que este año duplique el porcentaje y llegue a los 180.000 motores, número que para 2025 debería ascender a 900.000, según menciona Reuters.
El nuevo objetivo no está exento de dificultades
El cambio en el enfoque de la planta francesa supone complicaciones para los trabajadores, ya que los motores eléctricos utilizan apenas una quinta parte de los empleados en un gasolero. Ante lo que sería la presencia de un excedente de mano de obra, desde el sindicato de trabajadores esperan que con la no contratación de empleados tras la jubilación de sus colegas será suficiente, mientras que Stellantis señala que no van a despedir a nadie. De todas maneras, especialistas en la materia aseguran que el plantel de 400.000 personas que trabajan en la industria automotriz francesa se deberá reducir en 15.000, aproximadamente.
Los eléctricos, con apoyo gubernamental en Estados Unidos
En Estados Unidos, país que cuenta con uno de los principales mercados automotrices del mundo, el cambio de mandatario parece haberle venido bien a la movida “ecológica”. Además de la decisión de Joe Biden de reemplazar toda la flota estatal de vehículos a combustión interna por eléctricos, el flamante gobierno espera crear un millón de puestos de trabajo en la industria automotriz, parte de los cuales se enfocarían en la producción de unidades eléctricas.