Posiblemente alguna vez en tu vida hayas escuchado que si cargás combustible en los momentos más fríos del día podés llegar a ahorrarte unos pesos. La razón de la creencia es puramente física, y está ligada a lo que sucede con cualquier líquido:
- A mayor temperatura, el líquido está menos concentrado y gana en volumen
- A menor temperatura, el líquido está más concentrado y su volumen es menor (excepto el agua, que entre los 0ºC y los 4ºC se expande)
¿Qué pasa con el combustible?
Tanque subterráneo de estación de servicio listo para ser ubicado en su lugar.
Trasladamos la lógica de la física a la carga de combustible, y tomamos dos horarios con temperaturas bien distintas: 8 y 15 hs. Más allá de que se cargue el mismo litraje, el reabastecimiento matutino debería ser más barato, ya que contaría con la misma cantidad pero más concentrado y en menor volumen. Sin embargo, hay un aspecto que no estamos teniendo en cuenta: la ubicación del combustible en la estación de servicio.
Los tanques subterráneos que alojan el líquido en cuestión están separados de la superficie por un metro, espacio en el que se pueden colocar diversos materiales (asfalto, por ejemplo) para evitar que la corrosión del suelo alcance al tanque.
En consecuencia, los cambios climáticos no impactan en el combustible alojado bajo tierra, por lo que siempre se encuentra a la misma temperatura. Entonces, si elegís cargar a la mañana, a la tarde o a la noche es lo mismo, al menos en este aspecto.
