Está claro que salir campeón del mundo de la Fórmula 1 es lo máximo a lo que puede aspirar cualquier piloto. Lo que no es tan claro es qué viene después de conseguir semejante logro. ¿Hay algún deseo más por cumplir? ¿Cómo se vive tras obtener aquello que el deportista buscó toda la vida?
Resulta que el protagonista de esta historia es uno que transitó la coronación de una manera muy particular. Estamos hablando de Nico Rosberg, campeón de la temporada 2016 de la Máxima, y quien tras alcanzar al cetro decidió poner punto final a su carrera deportiva detrás del volante, luego del cansancio mental que le significó luchar contra Lewis Hamilton, su compañero de equipo en Mercedes.
Básicamente, el alemán alcanzó su principal anhelo y dejó las pistas. Sin embargo, eso no le quitó el deseo de alcanzar otros deseos que tenía de chico. Y de eso venimos a hablar hoy.
Nico Rosberg y la Ferrari F40 del vecino
A través de su canal de YouTube, el hijo de Keke Rosberg mostró lo que fue su experiencia con una Ferrari F40, pero lo cierto es que no se trató de una prueba más. Además de ser una máquina de la casa de Enzo Ferrari, se trataba del mismo vehículo que el joven Nico veía desde pequeño en el garage de la residencia en la que vive en Mónaco.
Tras verlo y desearlo por tanto tiempo (no por nada el video se llama "El sueño se hace realidad"), Rosberg decidió escribirle al dueño para saber si podía manejarlo. ¿Cómo lo hizo? A la antigua: dejándole un par de papeles pegados en la ventanilla de la F40, con la frase “soy Nico Rosberg, campeón del mundo 2016 de F1. Manejar la F40 está en mi lista de deseos. ¿Me dejarás manejar la tuya”, junto a su número de celular.
El dueño de la F40, vecino del alemán, accedió al pedido y dejó que lo llevase a pasear por las rutas del principado.
Rosberg en la F40: Primeras sensaciones
"No es necesario ir rápido para sentir todo lo que hace", dijo el alemán sobre la F40.
Tras maniobrar de forma sumamente cuidadosa por el garage, Rosberg partió con la F40 rumbo a la montaña, donde la probó en caminos sinuosos. Previamente, alcanzó a transitar parte del circuito de F1, donde brindó sus primeros conceptos: “Lo más lindo de estos autos clásicos es que no es necesario ir rápido para sentir vibraciones, al motor y demás. Tenés un ida y vuelta mucho mayor que con los modernos, que son muy perfectos”, expresó.
Por otro lado, quien en junio próximo cumplirá 37 años, dio cuenta de un "lindo desafío" que le propuso la máquina: “Cuando subís un cambio, no tenés que hacerlo rápido, sino que hay que esperar un poco a que las revoluciones del motor bajen de nuevo al rango indicado, y en el momento adecuado soltar el embrague”, explicó.
Rosberg en la F40: A fondo
El propio Rosberg reconoció que debió cuidarse al manejar tamaña máquina.
Lo más jugoso del video transcurrió en la montaña, donde el campeón del mundo aceleró a fondo a la máquina italiana. Tras unas primeras aceleradas, reconoció que se trataba de “un ladrillo, una roca sólida”, debido a lo complejo de su manejo. “Es tan baja y tan liviana ¡que podrían haberla hecho un poco menos dura de manejar!”, expresó.
Rosberg aceleró y bastante. Si bien no pasó momentos de zozobra (o al menos no se ven en el video), él mismo admitió que lo hecho “fue un poco arriesgado”. Incluso, llegó a señalar que “cuando manejás una F40 sentís que estás solo con Dios”.
Tras bajarse de la máquina, expresó que se trató de una prueba “muy especial”, en la que vivió sensaciones “increíbles, realmente impresionantes”. Sobre el riesgo, aclaró que “hay que tener cuidado porque es muy rígida para manejar, tiene mucho agarre y es difícil sentir el límite, ya que mientras estás acelerando a fondo vas rebotando bastante”.
“Fue un placer manejar a esta bestia fenomenal”, concluyó Rosberg. El que no la pasó tan bien fue su camarógrafo, quien reconoció haberse asustado en la montaña.
A continuación, te dejamos el video con la prueba. Después contanos: ¿Qué te pareció? ¿Cómo lo viste a Rosberg manejando a la F40? Compartí tu punto de vista en los comentarios, siempre con respeto.
"Un sueño hecho realidad", por Nico Rosberg