Porsche se acaba de regalar un concept único por sus 75 años de historia: el Mission X. Se trata de un biplaza eléctrico que podría anticipar a un eventual sucesor del 918 Spyder. Nosotros creemos que la marca alemana lo va a construir, pero lo cierto es que a las automotrices les gusta jugar al suspenso, por lo que Porsche no confirmó nada. Eso sí: en caso de fabricarse, será una verdadera bestia.
Oliver Blume, CEO de Porsche, aseguró que el Mission X "será un referente tecnológico para los deportivos del futuro. Toma la posta que dejan icónicos deportivos de décadas pasadas, como el 959, el Carrera GT y el 918 Spyder que le preceden" dice, antes de asegurar que "Atreverse a soñar y soñar autos para nosotros son dos caras de la misma moneda: Porsche se mantuvo siendo Porsche gracias al cambio constante".
Michael Mauer, el jefe de estilo de Porsche, señala que"el Mission X es un claro compromiso con lo medular de la marca. La siempre constante y mejorada expresión de nuestra firma e identidad de producto es una importante guía que nos permite navegar hacia el desarrollo de nuestros modelos de producción en serie. Este estudio simboliza una simbiosis entre nuestro inconfundible ADN del deporte motor y una impresión lujosa".
La verdad es que Mauer no puede describirlo mejor, porque Porsche siempre fue eso, una marca con una profunda raíz deportiva pero donde todo está hecho con diseño y calidad, a tal punto que hasta los alcances en ingeniería de la marca se pueden percibir de ese modo, un verdadero lujo.
La simbiosis, por fuera
Repasamos las medidas del Porsche Mission X:
- Largo: 4.596 mm
- Ancho: 1.999 mm
- Alto: 1.199 mm
- Distancia entre ejes: 2.728 mm
El Mission X es un modelo relativamente compacto. Es más corto, pero más ancho y alto que el 918 Spyder, pero igualmente resulta muy compatible con sus proporciones, al igual que con las del Carrera GT. Tiene una presencia atlética y futurista, pero sin ser un auto agresivo ni exagerado.
El concept se destaca por sus llantas de 20 y 21'' (estas últimas incluyen materiales transparentes para enfriar los frenos); por el elegante tono "Rocket Metallic", que es una especie de café metalizado que se complementa con piezas de fibra de carbono satinadas, y por una cabina que está conformada por un domo acristalado colocado en una arquitectura de CFRP con puertas tipo "tijera", como las del Porsche que compite en Le Mans.
Las luces son otro punto muy atractivo. Al frente se optó por un grupo óptico vertical de cuatro segmentos, que imita la firma de cuatro puntos de Porsche, mientras que, atrás, las luces recorren el ancho del modelo como si fueran un spoiler. Otro detalle interesante: la "E" de "Porsche" parpadea cuando el auto se está cargando.
Radical pero lujoso, en partes iguales
Que el Mission X sea un vehículo apenas legal para la calle, no significa que tenga que ser un austero. De hecho, puede que se vea minimalista y desprovisto de cualquier elemento de confort, pero toda la fabricación, los materiales y los detalles son absolutamente lujosos.
Por ejemplo, las butacas son de dos colores, para complementar la posición asimétrica de la cabina. Todo está tapizado en cuero café (Andalucía Brown) salvo el volante y la butaca de quien maneja, cuyo color casi blanco se denomina "Kalahari Grey". A todo esto, estoy hablando de butacas, pero en realidad son apenas respaldos y una base directamente colocados sobre una estructura de fibra de carbono, con cinturones de seguridad de seis puntos anclados al chasis.
El volante del Mission X es completamente de competición: con forma de volante de monopostos, perillas para manejar distintos parámetros y que permite una vista directa al cuadro de instrumentos digital. Apuntando hacia quien maneja hay una segunda pantalla, con información y posiblemente un sistema multimedia.
Lo más interesante lo tiene el copiloto: un mando central donde puede activar una cámara para grabar el interior y un módulo central con un reloj analógico y digital, como para monitorear los tiempos de vuelta.
"Performance" inteligente
La gran mayoría de los hiperdeportivos, como el Rimac Nevera, erogan cerca de 1.900 CV. No lo hacen solo para marcar territorio, sino porque son autos pesados que necesitan mover más de dos toneladas. Como se sabe, aún con mucha potencia y tracción, el peso eventualmente cobrará su lastre con desgaste prematuro de neumáticos, frenos y otros elementos.
En Porsche saben que la batalla por la velocidad se gana en la relación peso-potencia, algo que también beneficia directamente al consumo energético. El plan de Porsche es lograr casi un CV por kilo, y con eso poder inclinar la balanza a su favor, con menos potencia: en teoría, el Mission X erogaría 1.500 CV.
Ahora ¿por qué creemos que Porsche lo va a construir? Porque ya hicieron planes teóricos de lo que el Mission X debería lograr:
- Ser el auto para calle más rápido de Nürburgring con homologación de calle
- Tendrá que superar el tiempo del Mercedes-AMG One: 6m35s183
- Relación peso/potencia de casi 1 CV por kilo
- Alcanzar valores de carga aerodinámica que superen a los del 911 GT3 RS
- Su sistema eléctrico de 900 volts debería permitir cargas del doble de rápidas que las que puede lograr el Taycan Turbo S
- Las baterías van atrás de los asientos (por si tenías la duda)
El resto habrá que descubrirlo con el correr de los meses, pero sostengo la apuesta de que Porsche lo va a hacer realidad.