Estacionar es un problema que está lejos de ser propio de esta época. Prácticamente desde que se masificó el uso del automóvil, que en las ciudades es complejo encontrar un espacio para poder dejar detenido a nuestro vehículo. Estamos hablando de más de 100 años de historia, en los que, a pesar de tantos desarrollos y posibles soluciones, el problema sigue existiendo.
Hablando de soluciones, en las últimas semanas Hyundai develó su e-Corner System, sistema en el que las cuatro ruedas cuentan con la capacidad de girar hasta 90º, lo que permite realizar solo dos maniobras de estacionamiento: primero, al colocar el vehículo de forma paralela al espacio vacío; luego, trasladarse hacia él y ocuparlo. Eso sí: Hyundai lo desarrolló solo para vehículos eléctricos, aprovechando la presencia de sus motores en las ruedas.
Recientemente, la empresa alemana ZF presentó un desarrollo similar, que también tiene como protagonista a los motores de modelos a batería ubicados en las ruedas. Se denomina EasyTurn Strut Suspension, y tiene la capacidad de girar las ruedas delanteras hasta en un ángulo de 80º.
Si bien parecen ser innovadoras, las ideas difundidas últimamente están lejos de ser pioneras en cuanto a la posibilidad de facilitar el estacionamiento a través del giro de las ruedas. En realidad, los desarrollos datan de hace casi un siglo, como veremos con el protagonista de esta nota.
Una rueda más para estacionar
Como habrás notado en las imágenes, te vamos a contar sobre una quinta rueda. Se trata de la protagonista de un invento de Brooks Walker, estadounidense oriundo de California que en los años 30, y viendo las dificultades existentes a la hora de estacionar, creó un sistema por el que la parte trasera del auto se movía hacia un costado, dejando la delantera inerte, lo que facilitaba la maniobra de detención.
Ubicada en la parte trasera del vehículo, más precisamente en el espacio dedicado a la de auxilio, la quinta rueda era el elemento clave de un sistema hidráulico denominado “Park Car”. Se activaba desde el habitáculo, a través de una palanca y botones, que hacían descender la rueda al asfalto. Eso no es todo, ya que el sistema elevaba el tren trasero, por lo que la zona posterior pasaba a vincularse con el suelo solo a través de la mencionada rueda.
El paso siguiente era hacer avanzar o retroceder a la rueda, para que así la zona trasera del vehículo se movilice hacia la izquierda o la derecha, dependiendo de la necesidad del caso. La acción se llevaba a cabo luego de que el conductor o la conductora colocara el cambio deseado, ya que el sistema estaba conectado al eje trasero.
Además de que quedaba en una mejor posición para estacionar, con este invento el auto podía girar 360º sobre su eje delantero, lo que también resultaba en una solución para inconvientes de otra índole, como por ejemplo el ingreso a un garage con vehículos estacionados alrededor del acceso.
Patentado en 1932, Walker no tuvo éxito con su sistema. Sin embargo, no claudicó, y en 1952 volvió a presentarlo al mundo, haciendo su aparición en la revista LIFE. En aquellos años, el mercado estaba dominado por autos de gran porte, por lo que su idea podría haber avanzado. Sin embargo, no fue así, en parte debido a que colocó el sistema en el baúl, ocupándolo por completo, lo que no fue bien visto por las marcas.
Si bien el ingeniero norteamericano volvió a ubicar a la rueda entre la carrocería y el paragolpe trasero, no tuvo la repercusión deseada. Walker insistió con su invento hasta bien entrados los 70, en modelos de Oldsmobile, Ford y Saab, pero nunca pudo desarrollarlo más allá de su taller.
Ahora te toca a vos: ¿Conocías esta historia? ¿Qué opinás sobre el invento? Compartí tu punto de vista en los comentarios, siempre con respeto y sin agredir.
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