Con el objetivo de ser una empresa libre de carbono para 2040, Volvo dio otro importante paso, al anunciar que no producirá más motores Diésel desde el 2024. El anuncio tuvo lugar durante la "Semana de Clima", en Nueva York, donde la marca refrendó su compromiso en ser uno de las primeras automotrices en realizar acciones de este tipo.
La decisión se vincula con que, si bien los motores Diésel emiten menos partículas de CO2 que uno naftero, generan mayores cantidades de óxido de nitrógeno (NOx), lo que genera un gran efecto negativo en el medio ambiente, especialmente en la calidad del aire.
Por otro lado, está la tendencia del mercado, que va dejando de lado los vehículos con motorización Diésel: tras ser los más populares en 2019, en 2022 los Diésel únicamente lograron el 8.9% de las ventas de la marca en Europa.
Jim Rowan, CEO de Volvo Car, comentó al respecto: “Los sistemas de propulsión eléctricos son nuestro futuro y son muy superiores a los motores de combustión: generan menos ruido, menos vibración, menos costos de servicio para nuestros clientes y cero emisiones. Estamos totalmente enfocados en crear una amplia gama de vehículos premium eléctricos, que cumplan con todo lo que nuestros clientes esperan de un Volvo, y que sean una parte clave de nuestra respuesta al cambio climático”.
El último motor TurboDiésel que Volvo desarrolló fue un cuatro cilindros de 2.0L, que generaba entre 148 CV y 232 CV, dependiendo de las versiones. El impulsor contaba con uno o dos turbos, y ya disponía de hibridación ligera, para mejorar su relación con las normas medioambientales.