El auto protagonista de esta nota es, tal vez, el Ford GT40 de calle más especial de la historia, gracias a la cantidad de historias que fue acumulando a lo largo de su vida, por lo que su valor es realmente incalculable, más allá de la plata.
Si tomamos en cuenta que, en sus cuatro actualizaciones, Ford construyó menos de 100 unidades del GT40, y que este es un Mk I (cuyo chasis es el nº P/1069), estamos frente a una máquina sumamente exclusiva. Para mejor, es uno de los pocos GT40 que se construyeron para ser manejados en la vía pública, y no en los autódromos. Y eso que aún no te conté quién la manejó...
Ford GT40 Mk I P/1069: Historia
En 1967, Ford construyó y envió esta unidad a la Scuderia Filipinetti, equipo de competición oriundo de Suiza y que lo mostró en el Salón de Ginebra de ese año, con la salvedad de que cambió la pintura celeste metalizada original por una verde. Meses más tarde, fue enviado a Gran Bretaña, donde Ford UK lo usó como vehículo de prueba para la prensa. En ese momento, fue probado ni más ni menos que por Graham Hill, bicampeón mundial de Fórmula 1.
Hacia 1971, este GT40 fue vendido a un coleccionista, que lo pintó de amarillo y lo modificó para convertirlo en auto de competición. El siguiente paso del deportivo se dio recién en 2007, cuando llegó a manos de otro propietario. Este lo mostró en algunos eventos históricos, como por ejemplo el Festival de Goodwood, antes de volverlo a poner en su estado original, con mecánica para la calle y la pintura "Opalescent Silver Blue".
El Ford GT40 Mk I chasis P/1069 está a la venta a través de la agencia británica Pistonheads. Si bien no se dio a conocer su precio, se calcula que se venderá a unos 12 millones de dólares.