Cuando hablamos de Autos Clásicos de Argentina, es imposible no pensar en los que son quizás, los cuatro vehículos con más reconocimiento en todo el país, es decir, los Ford Falcon, Chevrolet Serie 2/Chevy, IKA-Renault Torino y la “Línea Dodge”, y por eso, tarde o temprano tenían que estar en esta sección.
Hoy, llega el momento de repasar la historia de uno de los cuatro modelos, que en realidad es una serie de vehículos. Apodados en Argentina como la “Línea Dodge”, esta serie de modelos se comercializó en carrocerías sedán y coupé, formando tres variantes principales: Polara, Coronado y GTX, y a continuación te contamos su historia.
El origen de la Línea Dodge
Dodge Dart norteamericano
Los modelos de la Línea Dodge llegaron para reemplazar a la Línea Valiant, aunque mantenían la plataforma “Early A Body”, que también era utilizada por el Dodge Dart norteamericano, vehículo en el que se basó la por entonces nueva familia de “muscle cars” argentinos.
La Línea Dodge debutó en el país en 1968, con la producción del Polara sedán en la Planta de San Justo, propiedad de Chrysler-Fevre Argentina, mientras que el Coronado y las variantes coupé llegaron más tarde.
Si bien este modelo se basaba en el Dart, el diseño era exclusivo de Argentina, y se podían ver varias diferencias estéticas tanto en el frente como en la parte trasera, resultando en un sedán enorme, espacioso y muy atractivo.
Por otro lado, la Coupé también fue un desarrollo nacional, basada sobre el sedán, y se ofreció en tres variantes, mientras que la versión tricuerpo tuvo más opciones, y las repasaremos a continuación.
La línea Dodge sedán
Tal como dijimos arriba, la Línea Dodge llegaba a Argentina como una serie de vehículos enormes (más de cinco metros de largo), pero por supuesto también eran caros y bien americanos, y con respecto a la carrocería sedán, hubo varias variantes a lo largo de su tiempo de vida:
- Polara (base)
- Coronado (versión más lujosa)
- GT (versión más deportiva)
- Polara Taxi
- Polara Diésel
Estéticamente, todas las versiones eran similares, y los cambios estaban en algunas molduras, las llantas, los paragolpes, colores y más, por lo que todos tenían líneas rectas, elegantes y musculosas.
Entre los elementos destacados del diseño de los Polara y Coronado, se pueden mencionar el voladizo trasero muy largo, las luces delanteras rectangulares, la parrilla de barras verticales (diseño que se replicaba en las ópticas posteriores de los primeros modelos), y de la caída del techo inclinada, entre otros.
Con respecto a la variante lujosa (Coronado), debutó en 1969, y ofrecía techo vinílico, algunos apliques cromados más, además de tapizados de cuero y la implementación de dirección hidráulica, suspensiones independientes, servofreno, frenos a disco en las ruedas delanteras y butacas reclinables, entre otros.
Mecánicamente, los Polara y Coronado nafteros compartían el motor Chrysler Slant-Six RG 225, un seis cilindros en línea de 3.7 L que entregaba 145 CV, y que estaba acoplado a una transmisión manual al volante o una automática (Coronado Automatic), ambas de tres relaciones.
De izquierda a derecha: Polara, GT y Coronado
Por otro lado, el Polara Diésel (apareció en 1976) contaba con un motor Perkins 4 de cuatro cilindros en línea y 3.3 L, que entregaba 71 CV y estaba acoplado a una transmisión manual de cuatro relaciones al volante.
La variante GT, que tenía un corte más deportivo, además de sus diferencias estéticas, también contaba con otro tren motriz, ya que usaba el “Slant Power A-119” de 3.7 L que entregaba 155 CV, y usaba una transmisión manual de cuatro relaciones al piso.
Te dejo un dato curioso que quizás no sabías: el Polara argentino se produjo en España entre 1971 y 1972 utilizando kits CKD, hasta que en 1973 el modelo pasó a ser fabricado completamente en el país europeo. En aquel lado del mundo, el Polara se llamó Dodge 3700.
La línea Dodge Coupé
En 1970, Dodge sumó las carrocerías de corte deportivo del Polara, que más adelante fueron conocidas como RT y GTX, y son considerados por muchos como “Los Charger argentinos”.
Estéticamente, las variantes coupé se diferenciaban obviamente por su silueta, ya que la carrocería pasaba a ser de dos puertas con ventanillas sin marco, y el remate del techo era aún más estilizado y deportivo, dejando una parte trasera enorme, que no se veía para nada mal.
Las variantes fueron tres: Polara Coupé, RT (reemplazó a la anterior) y GTX, y sin dudas la que más se destacó fue la última, ya que podía contar con un motor V8 de 5.2 L que entregaba 212 o 230 CV, según si el motor era mexicano o canadiense. Es importante mencionar que no todas las GTX eran V8, ya que hasta 1973 se ofrecía como opcional, mientras que el que tenía de serie era el seis cilindros del Polara GT.
La transmisión de la "Coupé GTX V8" era manual de cuatro relaciones al piso, y todo el conjunto permitía que la velocidad máxima rondara los 190-200 km/h, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h era de aproximadamente 10 segundos.
Dodge RT en su hermoso color amarillo
Por otro lado, la “Coupé RT” debutó en 1973, y tenía un planteo deportivo, pero no tan extremo como la GTX. Esta variante se destacaba por reemplazar al “Polara Coupé” y contaba con el motor del GT, pero potenciado para que entregara 174 CV. La transmisión era manual de cuatro relaciones al piso, y todo el conjunto le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 11,5 segundos y llegar a 180 km/h. Además, con la incorporación de esta variante, la GTX pasó a ser únicamente V8.
El fin de la línea Dodge
Finalmente, la línea Dodge se despidió en 1979, pocos meses antes de que Chrysler-Fevre Argentina sea comprada por VW, en una “alianza” que nos trajo modelos como el Dodge/VW 1500.
Sin dudas, los Polara, Coronado y GTX son pedazos de historia argentina, ya que nacieron como vehículos nacionales, fueron y son muy reconocidos en el país (a día de hoy sigue siendo muy llamativo ver uno en la calle), e incluso llegaron a verse y fabricarse en Europa.