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Automovilismo

F1: Juan Pablo Montoya cuestiona a Franco Colapinto

El ex piloto colombiano minimizó el ascenso del argentino la Fórmula 1, atribuyéndolo a los sponsors.

F1: Juan Pablo Montoya cuestiona a Franco Colapinto

En la Fórmula 1, las oportunidades no se reparten: se compran, se conquistan o se pierden. Desde siempre, el dinero fue una parte inevitable del juego, pero el talento sigue siendo lo único que puede sostener a un piloto cuando se apagan las luces del semáforo. Por eso sorprendió tanto que Juan Pablo Montoya, uno de los últimos gladiadores de la era analógica, usara justamente el dinero como argumento para explicar el ascenso de Franco Colapinto a la máxima categoría.

El colombiano lo dijo en su podcast, Montoya As, mientras hablaba del papel de los patrocinios y de la posibilidad de que su hijo Sebastián tenga una oportunidad en un test de F.1. “El motivo por el que Colapinto llegó a la Fórmula 1 fue que los argentinos se unieron a apoyarlo. Mercado Libre y Globant se metieron a apoyarlo full, y eso fue lo que hizo la diferencia para que lo subieran”.

 

Para cerrar su idea, Montoya aseguró que si Paul Aron hubiese tenido presupuesto, sería el estonio quien estaría en estos momentos junto a Pierre Gasly en Alpine. “Donde Paul Aron tuviera la plata, a Paul Aron le hubieran montado...”, dijo sin sonrojarse.

La frase cayó como una piedra en un charco. No por lo que dice, sino por lo que insinúa: que el talento argentino necesita justificar su éxito, como si un argentino solo pudiera llegar si alguien “pone plata”. Y lo más curioso es que, segundos después, la periodista que lo acompañaba cerró el tema con un anuncio de Texaco, la misma marca que acompañó a Montoya en sus años de gloria…

EL VIEJO DISCURSO DEL DINERO

qué dijo juan pablo montoya sobre franco colapinto

Foto: Prensa Alpine/Andy Hone/LAT Images.

Montoya no descubrió nada nuevo: los sponsors son decisivos en el automovilismo. Pero lo que indignó fue la liviandad con la que usó ese argumento, como si el talento de Colapinto fuera un detalle de color detrás del logo de una marca.

Reducir su llegada a la Fórmula 1 a un movimiento de marketing es no entender el contexto, ni el recorrido, ni la rareza de lo que logró: un argentino en la grilla después de más de dos décadas.

 

El dinero abre puertas, sí. Pero ningún patrocinador compra confianza en pista, y mucho menos el respeto de un equipo que decide poner a un debutante en lugar de un piloto con más experiencia, como hizo Williams cuando James Vowles eligió a Colapinto para reemplazar a Logan Sargeant. Eso no se negocia con presupuesto. Se gana con datos, velocidad y temple.

LA VERDAD DETRÁS DEL ASCENSO DE COLAPINTO

Franco Colapinto fue tajante luego del GP de México 2025: "Peor no se puede ir"

 

La historia de Franco Colapinto no empieza con Mercado Libre ni con Globant. Empieza en los kartódromos de Pilar. Sigue con sus éxitos en la F4 Española, donde ganó todo, y luego en la Eurocup, donde los ingenieros ya hablaban de él como una promesa seria.

Luego un paso por la resistencia y la llegada a la Fórmula 3 y la Fórmula 2, donde después de una movida de los fanáticos se consiguió darle visibilidad al sueño de Franco de llegar a la F.1. Todo ese camino lo hizo, en su mayoría, con dinero de la familia y el apoyo de unas pocas empresas.

Cuando Vowles lo eligió para reemplazar a Sargeant, no lo hizo solo por un sponsor, sino por confianza. Lo vio en los simuladores, lo midió en Abu Dhabi a fines de 2023 y seis meses más tardes en la prueba libre 1 del GP de Gran Bretaña, y entendió que había algo distinto. Obvio que los patrocinadores terminaron de cerrar la ecuación, pero en definitiva fue el talento, dicho por el mismo Vowles, lo que llevó a Colapinto a la F.1.

Después vino Alpine, que rompió el molde: decidió fichar a un piloto de reserva que pertenecía a otro equipo. Eso no se compra. Eso se gana.

EL DINERO NO EMPUJA UN AUTO

como clasificó Franco Colapinto

Foto: @AlpineF1Team.

Montoya parece olvidar que él también en algún momento de su campaña tuvo un impulso económico detrás. Pero nadie lo redujo a “producto del patrocinio”. Él se ganó un lugar por el respeto que transmitía en la pista. Y ese respeto es el que uno siente que hoy le niega a un chico que lleva la bandera argentina en un mundo donde casi nadie la levanta.

Lo que tal vez no sepa Montoya es que el apoyo de empresas argentinas como Mercado Libre y Globant no es un privilegio, es una rareza. En vez de cuestionarlo, habría que celebrarlo. Porque sin ellos, Colapinto sería otro talento perdido en el mar de sueños por llegar a la F.1. Con ellos, es una historia posible, una que inspira y no se avergüenza de su origen.

EL TALENTO NO SE COMPRA

qué pasará con franco colapinto en 2026

Foto: @AlpineF1Team.

En la pista, los números hablan. Cuando Colapinto y Aron se enfrentaron -ya sea en simuladores, tests privados o incluso alguna prueba libre este año-, el argentino fue más rápido. Y eso no lo decidió un contrato, sino un cronómetro. Ahí está la diferencia entre los que pueden pagar y los que pueden ganar.

Por eso la frase de Montoya caló hondo en Argentina. No por lo que dice, sino por lo que sugiere: que los argentinos solo llegan lejos cuando “alguien los ayuda”. Como si el talento, el trabajo y la resiliencia no contaran. Como si ser de esta parte del mundo te condenara a ser sospechoso del éxito.

 

EL ESPEJO INCÓMODO

qué dijo franco colapinto

Lo más curioso es que Montoya no miente del todo: sin apoyo, no se llega. Pero lo que omite es que sin talento, tampoco se sostiene. Y Colapinto no llegó por un sponsor; llegó porque se lo ganó. Los sponsors solo tuvieron la lucidez de acompañarlo a tiempo.

Con esa frase liviana, Montoya menospreció algo que para los argentinos pesa: el esfuerzo colectivo detrás de cada triunfo individual. Colapinto no es “un chico con sponsors”. Es el piloto que convirtió el apoyo nacional en velocidad real, y el espejo de lo que puede pasar cuando el talento tiene respaldo.

Y si eso incomoda a algunos, es porque en el fondo no soportan que un argentino haya llegado sin pedir permiso.

Fuente: Automundo

Automundo

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