BMW celebra el 15º aniversario de la introducción al mercado del primer modelo de la serie X. Fue en 1999 cuando el X5 hizo su debut en el Salón de Detroit comunicado como un Sport Activity Vehicle (SAV) en lugar de un SUV, debido a su gran desempeño en caminos asfaltados y tecnología de última generación.
Al igual que el Porsche Cayenne, antes del lanzamiento del X5 existía un gran escepticismo y criticas por parte de los puristas que no aceptaban que BMW tuviera un utilitario dentro de sus filas. Sin embargo, este modelo tuvo un gran éxito a nivel mundial, tanto así que cuatro años después de su aparición hizo su debut en el Salón de Frankfurt un miembro más de la familia X, el X3. Para diferenciarla de su hermana mayor, el diseño del nuevo utilitario presentaba nueva parrilla y ópticas. Además de ello, evidentemente el X3 era más pequeño (unos 10 cm más corto, 5 cm más bajo y 2.5 cm más angosto).
En 2006 llegó la segunda generación del X5, mientras que en 2008 el revolucionario X6 se unió a la gama de Sport Activity Vehicles de BMW. Este último en lo particular se destacó por tener una personalidad distinta y algo más egoísta que el resto de la familia X. Pensando en aquellos clientes que buscaban un modelo más compacto, en 2009 la marca alemana creó el X1. Luego, un año más tarde, vimos nacer la segunda generación del X3.
Recientemente hemos sido testigos de la aparición de la tercera y segunda generación del X5 y X6 respetivamente, además del nacimiento del X4. Pero BMW quiere seguir creciendo el portafolio de SUVs con el futuro ingreso del X7, un modelo más grande y de tres filas de asientos pero con el mismo lujo y dinámica de conducción que ofrece el resto de la gama.
Una muestra del gran éxito que tienen todos los modelos de la serie X es que al día de hoy la marca alemana tiene registrada la venta de más de tres millones de unidades en el mundo. Esta cifra demuestra que uno de cada tres vehículos que vende BWM es un utilitario de este tipo.