En el pasado hemos criticado la extrema cautela con la que Volkswagen decidió participar en el creciente mercado de las SUVs. La prudencia en la toma de decisiones por parte de los máximos directivo era tal que se incluso se la podía calificar de temor, o siendo más buenos, de un cínico escepticismo.
El contexto es claro: En la actualidad, uno de cada tres vehículos ligeros vendidos en el mundo es una SUV. Además, las ventas de SUVs compactas ya suman 6,4 millones de unidades anuales y la cifra no hará más que crecer, para alcanzar un volumen de 10,6 millones en la próxima década.
¿Casualidad o visión?
Vale repasar un poco la historia de Volkswagen y las SUVs. El debut de la firma se dio mediante un desarrollo conjunto con Porsche y Audi, que nos trajo en 2002 a la Touareg. Una espectacular SUV de lujo que podía significar que VW estaba buscando posicionarse no solamente como el fabricante del auto del pueblo, sino también el de las clases altas. Más o menos en las mismas fechas debutó el Phaeton, un sedán de lujo que apuntaba a los escasos y exigentes clientes de modelos como Mercedes-Benz Clase S o BMW Serie 7.
Lo que quiero decir es que la primera SUV de Volkswagen fue en realidad una consecuencia de su búsqueda por ingresar al mercado de lujo, más que una correcta anticipación del fenómeno de ventas en que se convertirían este tipo de autos en los años por venir.
Cinco años después, en 2007 llegó la Tiguan, un producto refinado y más sofisticado que el resto de sus competidores del segmento compacto. Aunque estaba desarrollada especialmente para Europa, por lo que para otros mercados era muy costosa y pequeña. Aun así, eso no impidió que consiguiera un éxito rotundo.
Eso sí, tuvo que pasar una década para que Volkswagen, con evidencias del éxito de las SUVs y todo, se decidiera a ir por todo y desarrollara una segunda generación de la Tiguan. Esta generación era tremendamente más ambiciosa y estaba pensada para satisfacer la demanda de mercados tan dispares como el europeo o el americano.
Volkswagen T-Roc, atractivo
Sería inocente pensar que una marca del tamaño de Volkswagen no sería capaz de reaccionar. Al fin y al cabo Volkswagen AG es quizá el grupo empresarial más poderoso de toda la industria automotriz. Y ahora que se ha volcado toda su atención a crecer en el mercado de las SUVs, sin duda ya habrá encendido luces de alarma en sus competidores. La agresiva estrategia no sólo consiste en una Tiguan adaptada a los diferentes mercados, sino la adición de la Atlas, de tres filas de asientos y 100% pensada en el mercado de Estados Unidos, en un segmento muy apetecible.
Además, como opción de orientación más accesible, juvenil y dinámica pero que también está catalogada por VW como compacta (usa la plataforma MQB) está la que hoy nos atañe: la T-Roc, la tercera oferta de VW en un segmento muy competitivo. Y la cosa seguirá, ya que por debajo de la T-Roc, aparecerá otra SUV que será fabricada en Brasil sobre la MQB A0 y cuyo nombre será T-Cross.
Para todos aquellos que señalen lo conservador que es Volkswagen en términos de diseño, les dará gusto saber que T-Roc rompe con esa tradición. El frontal es agresivo, destacándose la enorme parrilla cuya forma envuelve a los faros para así ocupar todo lo ancho del vehículo. A diferencia de las tendencias actuales de la industria, las luces de posición de LED están fuera del faro y colocadas de manera independiente sobre la parte frontal, mientras que un poco más abajo y ya en la superficie del plástico negro encontramos los antiniebla.
Las líneas de carácter son muy marcadas, sobre todo las que le confieren una apariencia ensanchada y robusta a los guardabarros, que nuevamente rompen con esa tradición de VW de establecer una línea de cintura continua entre los guardabarros. En la parte posterior, la caída del portón trasero es muy inclinada para luego terminar una vertical donde nuevamente se destacan los marcados perfiles.
A esto hay que sumarle las llantas (de hasta de 19”), la posibilidad de elegir el techo en colores contrastantes y el marco de aluminio en el arco superior de las puertas que le dan a la T-Roc un aspecto deportivo, agresivo y en ciertos ángulos como de coupé.
Puertas adentro la propuesta es igual de interesante, si bien las formas son bastante menos arriesgadas que en el exterior. Los insertos en el tablero, consola central y puertas pueden combinar con el tono de la carrocería, haciendo juego con una franja central en los asientos. Del mismo modo, se puede optar por una superficie oscura y los asientos tendrán una combinación en blanco, negro y rojo que también pinta bien.
En el centro del tablero sobresale una pantalla táctil de alta resolución de 8” con App Connect, que consiste en las interfases con Apple Carplay, Android Auto y Mirrorlink, además de navegador y otras prestaciones. Entre estas últimas está la posibilidad de interactuar con una app exclusiva que por ahora está disponible para Europa. El cuadro de instrumentos ofrece de manera opcional el Active Info Display (una inmensa pantalla de 11,7”) que puede desplegar impactantes gráficos que muestran cualquier información relativa al auto, manejo o navegación. Volante multifunción, climatizador automático con salidas para la fila posterior, audio Beats de 300w opcional y un techo solar panorámico están también como equipamiento disponible.
¿Qué es?
Fabricada en la planta de Setúbal en Portugal, la T-Roc mide 4,23 m de largo y tiene 2,59 m entre ejes (exactamente las mismas medidas de una Honda HR-V). Esto significa que, aunque VW la clasifique en el segmento de los medianos, por medidas en realidad estaría en el de los compactos. Esto parece anticipar que, al menos en tamaño, las T-Roc y T-Cross deberían ser prácticamente iguales. Se vuelve complicado clasificar a la T-Roc, cuyo nombre proviene de unir la “T” que es la letra inicial del nombre de sus hermanas mayores Touareg y Tiguan, y “Roc”, una modificación de la palabra Rock.
Por un lado, las medidas y sus paneles de tacto rígido en el interior nos dicen que es un crossover pequeño y accesible. Por otra parte, el diseño, las opciones de personalización, su equipamiento y mecánica lo ubican en un segmento superior. Como si fuera poco, el caprichoso y atractivo diseño también la hace menos espaciosa que la Creta o HR-V por ejemplo, por lo que sería de uso más personal.
Mecánica y manejo del más alto nivel
Volkswagen ofrece un amplísimo abanico de opciones mecánicas. Tenemos tres a nafta con tecnología TSI y otras tres opciones TDI en las que, por obvias razones, no vamos a ahondar. Como entrada está el nuevo 1.0 TSI de 115 CV y 199 Nm asociado a una caja manual de seis cambios y que anuncia un rendimiento de hasta 5,01 L/100km. En segunda instancia, encontramos al nuevo 1.5 TSI de 150 CV y 249 Nm que paulatinamente irá sustituyendo al excelente 1.4 TSI. El bloque se puede acoplar a una transmisión manual de sexta o bien una DSG de siete cambios y tracción delantera.
Finalmente, la variante que tuvimos oportunidad de probar fue la 2.0 L TSI de 190 CV y 320 Nm que ya emplean modelos como la Tiguan o los Audi A4 y Q2. Este bloque va asociado a una caja DSG de séptima y cuenta con un sistema de tracción total 4Motion (parece que simplemente no existe forma de tener este motor sin tracción integral). Con esta mecánica, el T-Roc es capaz de hacer el 0 – 100 km/h en 7,2s y entregar rendimientos oficiales de 6,69 L/100Km
Al volante y nuevamente como todo MQB, el T-Roc es sobresaliente. Por ser ligero y muy rígido hace gala de una dinámica de conducción que transmite total confianza al ir a buenos ritmos, se planta bien, es divertido y ágil. Incluso con el 2.0 la respuesta bien podría ser calificada como deportiva. Aunque los paneles en el interior son todos duros al tacto, el ensamble es bueno y no se perciben ruidos internos, al tiempo que filtra bien los del exterior.
Muy bien felicitado en seguridad
Nuevamente al ser MQB el T-Roc tiene acceso a todas las nuevas tecnologías disponibles para la plataforma, además de los seis airbags, ABS y ESP. Encontramos elementos como el control de crucero activo, monitor de punto ciego, alerta de impacto frontal con detector de peatones y frenado de emergencia, asistente de mantenimiento de carril y asistente para tráfico.
Claro está que, al equipar todos estos sistemas, el precio va a escalar y de modo muy rápido. ¿Combatirá en nuestro país con modelos ya instalados como la EcoSport o la HR-V? ¿Qué opinás?