Luego de un arduo trabajo de restauración que llevó más de 30 meses, el Museo Porsche presentó al 911 más antiguo de su grandiosa colección. Exhibido de manera temporal hasta abril de 2018, la exposición “911 (901 Nº 57): Despega una leyenda” contará con este modelo de color rojo fue fabricado en octubre de 1964. Este ejemplar fue una de las primeras unidades de producción en serie de este deportivo, conocido en esa época como 901.
Casi 50 años después de su producción, la gente del Museo Porsche encontró este peculiar y simbólico 911 y decidió adquirirlo para someterlo a restauración y así dejarlo como cuando salió de fábrica en la década del 60'. Los libros de historia marcan que en un principio Porsche desarrolló y presentó al sucesor del 356 con la denominación 901, aunque unas semanas después de que comenzara la producción tuvo que ser renombrado debido a un litigio con Peugeot. De esta forma, la marca alemana tuvo que cambiar el cero por el uno, y así dar inicio a una de la nomenclaturas más emblemáticas en la historia.
En 2014, el equipo de un programa alemán dedicado a las antigüedades encontró abandonados en un granero dos ejemplares del sucesor del 356. Tras una serie de investigaciones con el museo, se descubrió que el auto con el número de chasis 300057 era de esas unidades especiales fabricadas antes de que el vehículo recibiera el nuevo nombre. Teniendo en cuenta esto, el Museo Porsche decidió comprar ambos 911, a un precio fijado por un experto independiente.
Uno de los puntos cruciales que llevaron a la compra del vehículo número 57 fue el hecho de que el 911 no había sido restaurado, lo que daba a los especialistas del museo la oportunidad de reparar el auto de la forma más auténtica y parecida al original. Así pasaron tres años de trabajo para devolver este deportivo oxidado a su estado original, utilizando piezas de carrocería genuinas de aquella época que fueron tomadas de otros vehículos.
Tanto el motor, como la transmisión, los componentes eléctricos y el interior fueron reparados siguiendo los mismos principios. Cabe mencionar que la norma general era mantener piezas y fragmentos donde fuera posible, en lugar de reemplazarlos. Estos complejos métodos de restauración, usados habitualmente por el Museo Porsche, son precisamente la razón de que haya costado tanto tiempo devolver a la vida a este histórico deportivo.
Museo Porsche exhibe al 911 más antiguo de su colección