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Probamos el Nissan Leaf que está llegando a Argentina

Te contamos de qué va el modelo eléctrico que ya está pisando al país.

Probamos el Nissan Leaf que está llegando a Argentina

El Nissan Leaf llegará a Argentina con credenciales. Desde su lanzamiento ha colocado 310.000 unidades en los 51 mercados en donde se comercializa, por mucho el eléctrico más vendido del mundo. La segunda generación del Leaf, que nos ocupa, supone un salto cuántico con respecto de su predecesor. La autonomía se incrementa en 40%, o sea que es de 240 km, al tiempo que gana 37% y 26% de potencia y torque respectivamente.

Adicionalmente, es importante destacar que el Leaf es una de las piedras angulares en la masificación de la movilidad cero emisiones y es que para 2022, Nissan pretende vender 1 millón de electrificados anualmente, eléctricos e híbridos. Por cierto, el nombre del coche no solamente significa "hoja" en inglés, sino que viene de Leading, Environmental friendly, Affordable, Family car ("auto familiar, accesible, amigable con el ambiente y líder").

Una cara bonita

Con formas más marcadas y angulosas que antes, el Leaf es a todas luces un modelo que guarda semejanza con el resto de la gama Nissan, algo que su predecesor no podía presumir. El coeficiente aerodinámico se mantiene igual, es decir, en 0,28.

El ya característico frontal de Nissan con la parrilla V-Motion está presente, algo curioso, ya que al ser eléctrico, el Leaf no requiere de una parrilla para dejar pasar aire, puesto que no hay motor que requiera ventilación. Entonces en lugar de una rejilla, tenemos una mica en color azul con patrones tridimensionales. Los faros son delgados y rasgados, muy japoneses y con tecnología full LED.

En el costado se destacan las llantas de 17", así como la ejecución del pilar C con un elemento negro, que por un lado genera esa percepción de techo flotante en SUVs y hatchbacks actuales, pero que también sirve como elemento de unión con las alargadísimas luces traseras y el portón trasero. En éste, la curva es muy tendida y simula estar seccionado en dos, ya que la parte superior también va pintada en color negro.

Por último, en la parte inferior trasera se encuentra un difusor enmarcado por un bisel nuevamente en color azul. Claro que no vas a encontrar un tubo de escape por ningún lado: es eléctrico. En cuanto a medidas, el Leaf crece ligeramente con respecto de su predecesor, 4 cm para ser exactos, con lo cual ofrece mejor espacio para los ocupantes, así como mayor espacio de carga. La longitud total es de 4,48 metros.

Silencioso y cómodo, rápido y ágil

La batería es de iones de litio y creció 40% con respecto del modelo anterior, con lo cual ahora es de 40 kW/h. En cuanto a potencia y torque también hay incrementos sustanciales. Ahora entrega 147 CV y 320 Nm, mientras que la tracción es al eje frontal.

Al llevar las baterías en el piso del vehículo, el centro de gravedad es muy bajo. Eso obliga a poner los asientos más elevados de lo que estarían en un auto convencional. De ahí sale la sensación de mayor altura, parecida a la de una SUV pequeña.

Otro de aspecto es la extraordinaria visibilidad que ofrece. Esto se debe a que el parabrisas es inmenso y muy inclinado, mientras que en la base del pilar A encontramos una superficie acristalada que permite ver hacia los costados. Esta sensación recuerda al Peugeot 307, que si bien era hatchback, tenía inspiración en los monovolúmenes de la época y por lo tanto ofrecía excelente visibilidad y una cabina muy iluminada.

Y ya que estamos hablando de la experiencia abordo, es importante destacar que como buen eléctrico, el Nissan Leaf es silencioso, exento de ruidos y vibraciones, lo que se traduce en un manejo cómodo y relajado. Con apenas 33 Nm menos que un Golf GTI, pero con la virtud de poder entregar todo el par en un instante, la capacidad de respuesta es excelente. El Leaf entrega aceleraciones contundentes e incluso, si se le exige, puede ser más ágil y divertido de lo que se podría pensar. Eso sí, demandar constantemente toda la potencia tiene un impacto directo en la autonomía.

Si buscás maximizar el rendimiento de la batería, entonces el modo “Eco” es el indicado. Si bien disminuye la potencia, en condiciones de manejo urbano no resulta problemático.  Adicionalmente será necesario activar una función que Nissan denomina como ePedal, la frenada regenerativa llevada al extremo.

La vida con un solo pedal

Cuando está activado, el ePedal desacelera con tal eficiencia al Leaf, que prácticamente se puede prescindir casi por completo de la necesidad de oprimir el pedal de freno. Lo realmente interesante es que cada vez que dejas de acelerar, estás recargando la batería. Ojo, en la práctica es más complejo de lo que parece, pero fácil de entender.

Cuando circulas a velocidades de una autopista y aflojás el acelerador, el ePedal le ermite al Leaf planear unos instantes previos a empezar a frenar, de manera muy progresiva. Esto significa que nunca se percibe inseguridad. Conforme va perdiendo velocidad, la frenada se va haciendo más y más firme, hasta el punto de hacer alto total. El funcionamiento es muy orgánico y fácil de predecir, con lo cual al cabo de unos kilómetros ya se vuelve muy simple.

Al manejar en modo Eco y con el ePedal activado es cuando se puede extraer la máxima autonomía. Con dichas funciones activadas recorrimos 85 km, que demandaron el 40% de la carga de la batería. Esto quiere decir que en condiciones reales de conducción, la autonomía es de unos 212,5 km. Si recorremos hasta 30 km diarios, la batería rendiría una semana... nada mal.

Interior algo soso

Puertas adentro, la segunda generación del Leaf se percibe como un auto común, quizá demasiado común. Utiliza plásticos duros al tacto, pero hay que decir que la calidad de ensamble es bastante digna, correcta.

Al igual que en la carrocería, el interior está lleno de detalles en color azul que le permiten generar una atmósfera ligeramente distintiva. Se destacan el pomo de la selectora, los detalles en volante y asientos, así como el cuadro de instrumentos.

En cuanto al equipamiento encontramos acceso y arranque sin llave, climatizador automático de monozona, asientos calefaccionados, pero nada de techo panorámico. Un auto sobrio.

En el tema de la conectividad entramos en otro mundo. Incorpora una pantalla táctil de 5”, pequeña para estándares actuales. Para poder desplegar las aplicaciones de mapas (Waze, Google Maps o bien Apple Maps) será necesario tener instalada la Leaf App 3.0, que además cuenta con funcionalidades importantísimas en un auto eléctrico como desplegar en el mapa los puntos de recarga disponibles e incluso programar las rutas considerando con cuanta batería se cuenta en ese momento y las posibles paradas de recarga que se tendrían que realizar.

Adicionalmente, ofrece funcionalidades "divertidas" como la posibilidad de postear en redes sociales la cantidad de gramos de CO2 que estás dejando de emitir a la atmósfera. En lo que hace a la seguridad, el Nissan Leaf aprueba con creces, gracias a su seis airbags, ABS, ESP, control de crucero inteligente, cámara de reversa, cámara 360°, y más.  

Resumiendo

El Nissan Leaf es un gran producto, la mejor creación de la marca en mucho tiempo sin lugar a dudas. En principio, eliminó por completo la ansiedad que producía el tener una batería insuficiente y que no fuera a cubrir con las necesidades de movilidad. Es mucho más atractivo y en cuanto al manejo mejoró no solo en capacidad de respuesta, sino en refinamiento también. El momento adecuado para la masificación del auto eléctrico llegó, eso es un hecho.

Ojo, también hay que reconocer que el interior no le hace justicia, no logra transmitir esa sensación de modernidad y tecnología que sí incorpora la segunda generación del Leaf. Esperaremos a su llegada al país para saber más acerca de este modelo que buscará trasladar su éxito global a Argentina.

 

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