El monopatín eléctrico es uno de esos vehículos simples e individuales que se consolidan como alternativa frente a las cada vez más congestionadas ciudades. Sin embargo, así como pasó con bicicletas o scooters, enfrentan un problema fundamental, y es la falta de regulación que se deriva de su novedad.
De gran popularidad en los países de Europa de Norte e Israel, los monopatines eléctricos van ganando su lugar en América Latina y otros mercados. Sin embargo, desde España ya advierten acerca de los problemas que puede causar este sistema de no tener un marco regulatorio.
Un estudio de Fundación Línea Directa (FLD) arrojó que durante 2018, en España hubo más de 250 accidentes directamente relacionados con este tipo de vehículos, de los cuales se derivaron cinco muertes. Si a esos números se suman un aumento en la cantidad de monopatines eléctricos y una legislación que no avanza, la FLD calcula que las muertes pueden triplicarse en 2019.
En nuestro país, la Ley Nacional de Tránsito (24.449) solamente establece la posibilidad de movilizarse en vehículos motorizados y bicicletas tradicionales o eléctricas. Es decir, que los monopatines, al igual que los skates o rollers, no están autorizados para trasladarse en la calzada.
Frente a estos vacíos legales, se debe circular con mucho cuidado en las ciudades, y siempre utilizar casco y protecciones requeridas. Seguramente, en los años venideros este tipo de vehículos livianos e individuales sigan ganando público, ya que son una alternativa ecológica y más accesible que los autos y motos. Sin embargo, el gobierno deberá atender estas cuestiones para evitar las predcciones que llegan desde España.
Foto: Los Andes/Patricio Caneo