Ya habiendo pasado unos meses del 2021, es un buen momento para hacer un resumen sobre los desarrollos automotrices que se llevaron a cabo en la década que terminó. Hace 10 años, los autos no eran tan distintos lo que son hoy, pero indudablemente hay muchas cosas que tomaron un protagonismo mucho mayor. Además, tras la aparición de la pandemia del Coronavirus, algunas tendencias comenzaron a aparecer y sin dudas continuarán en actividad durante los próximos años.
La era de la conectividad
El interior del Mercedes-Benz A45 S AMG, con pantallas para el sistema multimedia y el cuadro de instrumentos.
Los sistemas multimedia existen desde hace bastante, pero lo que cambió es su funcionalidad. A principios del milenio, tener una pantalla en el auto seguía siendo parte de un equipamiento premium o auto tuneado. Algunos autos usaban pantallas para los sistemas de navegación y para sus sistemas de audio, pero después comenzó a incorporarse la posibilidad de ver videos, incluyendo soporte para DVD, y luego llegó el Bluetooth y los puertos USB para poder escuchar archivos MP3 y ver películas y videos en formato MP4.
En 2010, con la llegada de los sistemas Apple Car Play y Android Auto, la conectividad paso a ser algo mucho más interactivo. Hoy en día los tamaños de las pantallas crecieron, los sistemas operativos son más modernos y en varios casos se ofrece Internet. Incluso, ya varias marcas tienen sistemas con soporte de inteligencia artificial en la nube y acceso de comandos por voz o con gestos. Los GPS, que en los '80 eran algo de otro planeta, ahora está en todos nuestros teléfonos gracias a las aplicaciones de Waze y Google Maps, así como hoy Spotify nos ahorra el tener que andar con varias cajas de discos u ocupando espacio en el celular.
El hecho de tener toda nuestra vida digital en los teléfonos hizo que los sistemas actuales tengan que contar con algún tipo de conexión a nuestros dispositivos, permitiéndonos conducir con mayor seguridad y comodidad. Pero lo otro que empezó a suceder es que las pantallas también se están aprovechando para más usos, incluyendo climatización, telemetría, funciones de confort y seguridad en el auto, ajustes mecánicos, etc.
Democratización del equipamiento
El Chevrolet Onix, con seis airbags y ESP de serie. Y las versiones full, hasta con sistema OnStar y WiFi 4G. ¿Quién lo iba a creer?
Muchas de las tecnologías que en su momento se incluían en un paquete que ofrecía todos los desarrollos digitales, con el tiempo dejaron de ser exclusivas del segmento más pudiente. Como ejemplo podemos tomar el párrafo anterior, en el que me refiero a los sistemas multimedia. La gran mayoría de los autos modernos tiene algún tipo de sistema multimedia y si no tiene se le puede comprar uno a un precio razonable e instalarlo, algo impensado en décadas pasadas, donde las pantallas solo las veíamos en autos de lujo.
Volviendo a los modelos que eran "full full" en cuanto a tecnología, antes si un auto tenía levantavidrios eléctricos, cierre centralizado, espejos eléctricos, tacómetro y aire acondicionado, podía considerarse como completo. Y si tenía llantas de aleación, rompenieblas, frenos ABS o airbags, más todavía. Sin embargo, si hoy te cruzás con un auto que no tiene estas cosas, es casi como estar en presencia de un vehículo de la prehistoria. Pasa que con el correr del tiempo la tecnología es más confiable y más barata de implementar, por lo que elementos que antes se consideraban exclusivos de la alta gama, hoy están metidos en segmentos generales.
Un auto "full full" hoy parte de una base que incluye:
- Computadora a bordo
- Sistema multimedia
- ESP
- Comandos al volante
- Cámara de retroceso.
Pero además cuenta con:
- Cuadros de instrumentos digitales
- Luces LED
- Llantas de aleación de 17" (como mínimo)
- Techo panorámico
- Asientos calefaccionados
- Asistencias básicas (como la ayuda al arranque en pendiente, encendido automático de luces o limpiaparabrisas
- Monitor de punto ciego
- Frenos de estacionamiento eléctricos
- Sistemas de audio premium.
Incluso, equipamiento como los asientos eléctricos o el tapizado de cuero hace años que ya no son exclusivos. Lo cierto es que hoy ya es poco lo que nos impresiona, por lo que las marcas de lujo eligieron, en vez de incorporar nueva tecnología, mejorar el nivel de calidad percibida. En la actualidad, un auto de lujo se diferencia de otro convencional por:
- La potencia de su sistema motriz.
- La calidad de sus materiales.
- La resolución y velocidad de sus sistemas multimedia.
- El diseño de sus piezas y detalles, mucho más únicos, modernos y vistosos.
Asistencias y manejo semiautónomo
Subaru Evoltis: equipa el sistema EyeSight de cámaras estereo, el cual son los ojos del sistema de control crucero inteligente y el sistema de mantenimiento de carril. Ambos, permiten un manejo semiautónomo por carretera.
La carrera por tener autos que se manejan solos, tal como los que veíamos en las películas de Hollywood, aceleraron los desarrollos de sensores, radares y, sobre todo, de la capacidad de procesamiento. La inteligencia artificial, el big data y los avances en tecnología que usualmente vemos aplicados a los algoritmos de redes sociales, también llegaron al mundo de los vehículos. Tenemos el ejemplo de Tesla y el de otros fabricantes, que producen autos que se manejan solos en determinadas condiciones (con consecuencias positivas y negativas), pero por el momento es algo que preocupa, ya que no todos los países (y sociedades) están preparados para recibirlos, tanto legalmente como en su infraestructura.
Por lo pronto, para ir acostumbrando al usuario de a poco, muchos autos cuentan con diversas asistencias, que van desde las más básicas (como un sensor de proximidad a la hora de estacionarse o el radar de punto ciego), hasta aplicaciones más complejas (como el sistema de mantenimiento de carril, el control crucero adaptativo y hasta sistemas que pueden estacionar el auto por nosotros mismos). Y eso que no contamos otros elementos inteligentes, como la proliferación de sistemas de iluminación con matriz de LED y las transmisiones sincronizadas al GPS.
El boom de China
MG HS, uno de los mejores autos chinos llegados a Sudamérica por sus prestaciones y relación precio/calidad.
En 10 años, las marcas chinas pasaron de traer a Sudamérica autos terriblemente malos (como el SMA Maple, el Hafei Lobo o el Lifan 320) a grandes modelos como los de Haval, Chery, MG y GAC. Pasamos de un triste Changan Benni al espectacular Changan CS35 Plus o de autos como las viejas camionetas Great Wall Deer hasta la poderosa Poer.
Tanta fue la maduración de los modelos chinos en la región que pusieron en aprietos a muchas marcas consagradas, en especial por la cantidad de tecnología que rápidamente incorporaron en sus autos. Por ejemplo, fueron de los primeros en colocar soporte para WiFi, se pusieron rápidamente al día con motores turbo y cajas de doble embrague (ambas no muy buenas pero que fueron mejorando con los años) y pasaron de los plagios o plataformas recocidas (Haima) a modelos de primera linea, con diseños únicos, modernos y una calidad percibida bastante alta. Incluso, fueron los primeros en democratizar el uso del ESP, antes que muchas otras marcas que siguen cobrando mucha plata por modelos muy pobres.
Además se realizó una especie de filtro, por lo que las marcas que no rindieron ya no están en la región. Y si bien hay otras que aún están medias verdes, en cualquier momento pegan el salto para estar en un nivel de precio y calidad más que respetables.
Crossovers...
Fiat Argo... Trekking. Un Argo, con zapatillas para ir a caminar al cerro.
Hoy todo es un crossover. La verdad es que nunca entendí el boom que hay por este tipo de carrocerías. No sé si realmente tiene que ver con una falsa sensación de seguridad al manejar vehículos "más grandes" u otra falsa sensación de que nos están entregando un auto que tiene capacidades "extra" por sobre un vehículo urbano y que esto eventualmente se transforma en un valor agregado que nos hace pensar que estamos invirtiendo mejor nuestra plata. De hecho, lo último mencionado es tan fuerte que a la gente ya no le importan otros autos con valor agregado, como los deportivos o los que presentan algún diseño especial.
El crossover es un rejunte de cosas: te lo venden como un auto con algo de deportivo (más por su estilo que por su performance), que es medianamente práctico por su tamaño pero también lujoso por los asientos de cuero o los materiales suaves, y medianamente capaz, porque tiene un poco más de despeje y molduras plásticas para que no te lo rayen. Tan grande ha sido su boom, que canibalizaron las ventas de muchos otros segmentos. Por ejemplo, ya no hay sedanes y los hatchbacks se están despidiendo lentamente.
Va a sonar boomer pero aún recuerdo cuando los crossovers eran autos realmente capaces. Tenías una station wagon, un poco más alta, con tracción a las cuatro ruedas y que te llevaba a todos lados sin chistar y sin el volumen o el consumo de un SUV enorme. Y eso que hoy ya no existen muchos SUV, porque técnicamente son crossovers más grandes a los que hemos terminado llamando SUV por convención.
Incluso, si no tenés un crossover, recordá que siempre podés fabricarlo vos mismo, al agregarle a tu vehículo:
- Llantas bicolor
- Molduras plásticas en los pasos de rueda y en los paragolpes
- Barras en el techo
- techo bicolor
- Neumáticos de gran tamaño
Con estos tips no entiendo como no se me ocurrió crear un taller para crossover...
¿De dónde salió tanto hiperdeportivo?
El Czinger C12, si alguna vez lo llegas a recordar, es fabricado con piezas impresas en 3D.
¿Tan barata está la fibra de carbono? Recuerdo cuando Lamborghini era la única marca de superdeportivos, y que la seguía Ferrari, que igualmente estaba más tirada hacia el deporte motor. Por supuesto que Mercedes-Benz y Porsche también tenían autos muy deportivos, pero eran más lujosos que otra cosa. Y había marcas con modelos puntuales como Jaguar, Bugatti y McLaren, y si queremos meter a alguno más, podemos hablar de Pagani o Koenigsegg, que fueron los que realmente le subieron la vara a los fabricantes antes mencionados.
En la actualidad, parece que el pasatiempo favorito de los millonarios es formar alguna especie de start-up con capitales asiáticos y apostar a crear modelos únicos y exóticos, creados en cantidades limitadas, con motores de altísima performance pero tan inocuos y faltos de pasión que pareciera que las ideas las tomaron de algún videojuego sin licencia. ¿Tan rentable será crear un hiperdeportivo exótico hoy?
Puedo inventarte una historia ficticia y estoy seguro que ya la leiste en otro lado. Pongamos un ejemplo: el nuevo Exora Aquarius GT9000, creado por una start-up con capitales rusos, árabes y chinos que pretende innovar en el segmento de los hiperdeportivos. Está diseñado por Pininfarina y es impulsado por un motor V12 creado a partir de dos bloques V6 de competición e incluye un impulsor eléctrico en el frente proporcionado por un fabricante chino. En total, desarrollan cerca de 2.000 CV. Solo se fabricarán 15 unidades a pedido y superará los 500 km/h. El chiste se cuenta solo, porque mañana ya no te vas a acordar de este auto, tal como sucedió en la realidad con Mazzanti, Hyperion, el innecesario revival de Hispano-Suiza, NIO, Arcfox, Dendrobium D-1, Czinger, Devel Sixteen, Lykan HyperSport, Aspark, SSC, Hennessey, Drako, Techrules Ren RS. Sí, algunos te suenan más que otros, y si te acordás de alguno que no mencioné dejalo en los comentarios.
El caso Uber y otras opciones de movilidad
Uber llegó a Argentina a mediados de la década pasada, pero su fundación fue en 2009. Desde entonces, revolucionó el mundo del transporte urbano al sumar una opción al colectivo, taxi y remis. Hoy, cualquier persona puede poner su tiempo y su auto a disposición del servicio, ganando plata y asociándose con una aplicación moderna que integra pagos online y programación de rutas. Si el conductor o conductora es bueno/a, lo podés puntuar, y si es malo, también.
Uber permitió abrir un debate sobre los estereotipos y deficiencias asociadas a los taxistas, los que van desde sus preferencias políticas y maniobras extrañas con el taxímetro, hasta el estado de sus vehículos. Con Uber, la tarifa generalmente es más económica (depende de la demanda) y además brinda la posibilidad de movilizarse con vehículos más grandes o más equipados.
Claro que la aparición de este servicio generó dos fenómenos: la modernización de los taxis ante la demanda de servicios como Uber, Cabify o Didi, asociándose con algunas apps o incorporando sistema de pago con tarjeta de crédito, y la rebelión del gremio de taxistas, señalando que Uber no estaba pagando impuestos, patentes y otros requisitos que sí se les imponían a ellos. En algunos lados, por esas cuestiones a Uber se lo consideró como algo ilegal.
Uber y las otras aplicaciones de movilidad siguen siendo muy populares por su facilidad de uso. Pero también el rubro que se reinventó es el del carsharing, o sea, el alquiler a corto plazo de autos.
Las modas que dominaron al diseño
Focos en dos niveles, para el Chevrolet Groove.
Los clichés de la industria son los que hacen que todos digan "este se copió de aquel". La moda es la moda y lo podemos ver en las zapatillas, música, películas, ropa y también en tendencias de diseño, como son los autos. Entonces, un auto fue hecho a imagen y semejanza de otro fabricante, sino que están todos haciendo lo que "pega más", tal como pasó siempre a lo largo de la historia de la industria automotriz.
Durante la última década marcaron tendencia los siguientes elementos:
- Volantes recortados
- Cuadros de instrumentos digitales
- Ópticas delanteras en dos niveles (y más chicas)
- Botones tipo tecla (KIA, Peugeot, Renault, Chevrolet)
- Regreso de los vehículos de pasajeros (no crossovers) a volúmenes más definidos
- Llantas con corte diamante
- Paquetes opcionales de color negro
- Masificación del techo bicolor como opción
- Sistemas de audio de marcas conocidas
- Luces traseras LED que recorren el ancho del portón trasero
- Los "cortes" elevados sobre el pilar C (estilo Chevrolet Captiva)
- Masificación de los SUV tipo fastback
- Tres filas de asientos en autos de cualquier tamaño
Lo que nos dejó el Coronavirus
El Geely Icon, el primer auto con filtro de cabina N95 para combatir el Coronavirus.
El 2020 terminó con el mundo entero saliendo de una crisis, tal como le ocurrió a la industria automotriz en 2009. En este caso, la crisis es sanitaria y viral, por lo que hubo confinamiento, sufrimiento y cambios radicales en el comportamiento de nuestra sociedad.
Las automotrices tuvieron que reinventarse y rápidamente subirse al tren de las "nuevas tecnologías". Lo digo entre comillas porque para algunos fabricantes e importadores de distintos países sigue siendo algo que parece nuevo y desconocido, a pesar de que están presentes desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, Autocosmos existe hace más de 10 años, por lo que Internet es una herramienta y plataforma que hace rato que no es nueva y que ofrece millones de ventajas ante otros medios tradicionales pero obsoletos.
Hoy en día, muchas marcas tienen en cuenta los servicios de eCommerce para poder comercializar sus autos, ya que así se evita que la gente vaya a los concesionarios y por ende el contacto en tiempos de pandemia. ¿Ven que no era tan difícil y tan poco conveniente? Algo similar pasa con los medios de comunicación digitales y el uso de las redes sociales como medios de difusión.
Concesionarios virtuales en 360º, videos y conferencias vía webcam también anticipan lo que será la muerte de los Salones del Automóvil, casi todos cancelados en 2020 y que ya venían perdiendo el interés del público y de las propias automotrices. Ahora, estas últimas eligen presentaciones virtuales, salas de prensa con cámaras y contenido audiovisual.
Con respecto a los autos, se comenzará a tomar en cuenta una arista poco explotada: los filtros de partículas y sistemas de higienización activa. Además, los de climatización serán más avanzados y contarán con luz ultravioleta o purificación biológica, para no solo evitar alergias sino también contagios.