A lo largo de la historia, la industria automotriz asiática tuvo como uno de sus grandes protagonistas a los kei car. Estamos hablando de los diminutos vehículos surgidos en Japón, y que con el correr de las décadas llegaron a buena parte del mundo.
La historia que te traemos hoy tiene como protagonista a uno de estos pequeños chiches, que por una situación peculiar terminó siendo un éxito de ventas bien lejos de su origen. Conozcamos esta curiosa historia.
Chang Li en Estados Unidos: La historia
Todo comenzó cuando hacia mediados del 2020 el periodista Jason Torchinsky, del medio estadounidense Jalopnik, decidió comprar por Internet al auto eléctrico más barato del mundo. Como resultado, obtuvo el Chang Li, vehículo chino fabricado por la empresa del mismo nombre, y que hasta ese momento no había desembarcado en Estados Unidos.
El hecho de su bajo costo posiblemente haya generado que los primeros dos videos que Jalopnik publicó sobre el kei car resultaron todo un éxito, a tal punto que a hoy cuentan con más de 4 millones de visualizaciones. ¿Qué muestran? En realidad nada del otro mundo: el conocido unboxing (más propio del mundo de la electrónica, en el que se muestra a los productos tal como vienen de fábrica) y una primera prueba.
Tras la publicación del material y su gran repercusión, la empresa estadounidense Electric Import Motors (EIM) decidió importar al país norteamericano varias unidades del Chang Li, que para su sorpresa se vendieron rápidamente.
Hoy en día, EIM continúa importando el modelo, que tras su primera incursión en el mercado estadounidense recibió algunas mejoras para adaptarse a los gustos de los yankees. Las ventas siguen siendo tan buenas que la empresa tiene cubiertas las reservas de los próximos ¡seis meses!
Chang Li en Estados Unidos: El modelo
A la izquierda, el primer Chang Li que llegó a Estados Unidos. A la derecha, el Chang Li actual, con las modificaciones pertinentes para el mercado yankee.
El Chang Li cuenta con el tamaño de un carrito de golf. A simple vista, resulta un poco desproporcionada su altura con respecto a su longitud, pero ello no hace mella en su funcionalidad, que es la clave de este vehículo.
El kei car cuenta con capacidad para cuatro ocupantes, y un interior en el que la tecnología no abunda pero que tiene lo justo y necesario para ser un auto. Por ejemplo, la refrigeración del ambiente se lleva a cabo a través de pequeños ventiladores de techo, mientras que el sistema multimedia se reduce a un mini-stereo, para escuchar música o la radio. Pero ojo, que también cuenta con una pantalla para la cámara de retroceso, un lujito para un modelo sumamente barato.
En materia motriz, el Chang Li cuenta con un impulsor eléctrico de 1.5 kW, que es alimentado por baterías de plomo-ácido de 60v. Las prestaciones varían según las dos variantes del modelo:
Grunt
- Versión para pasajeros
- Autonomía: 32 kilómetros
- Velocidad máxima: 64 km/h
Pak Yak
- Versión utilitaria (con caja de carga y dos ocupantes)
- Su batería tiene más capacidad
- Autonomía: 64 kilómetros
- Velocidad máxima: 56 km/h
Más allá de su tamaño reducido, lo más interesante del Chang Li es su precio. Como te contamos antes, se trata del vehículo eléctrico más barato del mundo, gracias a que su variante Grunt solo cuesta 6.500 dólares, mientras que la Pak Yak asciende a los 8.500 dólares.
¿Viste que hace un rato te comparé al Chang Li con un carrito de golf? Bueno, resulta que en Estados Unidos el carrito tiene un precio similar o incluso mayor, ya que ronda los 7.000 y 8.000 dólares.
Algo curioso dentro de todo este boom es que el Chang Li no está homologado para ser utilizado en las rutas estadounidenses, ni tampoco lo está para las calles de la mayoría de los estados del país del norte. Sin embargo, sus ventas no dejan de crecer.
La versión utilitaria del Chang Li.
Ahora te toca a vos: ¿Qué te parece el Chang Li? ¿Te gustaría manejarlo? ¿Por qué? Compartí tu punto de vista en los comentarios, siempre con respeto.
Primer contacto con el Chang Li
Unboxing del auto eléctrico más barato del mundo
