El Torino, o Toro, es uno de los modelos que marcan la argentinidad sobre cuatro ruedas, ya que, aunque se basara en un modelo norteamericano, implicó también un desarrollo específico para el país, haciéndolo único y atándolo al imaginario social local. Su historia es tan rica que la dividimos en tres entregas diarias, aquí la primera parte.
En 1961, I.K.A. (Industrias Kaiser Argentina) firmaba un acuerdo con la A.M.C. (American Motors Corporation) para fabricar localmente los Rambler Classic y Ambassador. La línea Rambler rápidamente se convirtió en un éxito, aunque en la gama de productos se notaba la falta de un auto más chico para competir directamente con los Ford Falcon y Chevrolet Súper, pero con estilo europeo, más al gusto del consumidor argentino. Es así que nació el proyecto X, que desembocaría en el emblemático Torino.
Basado en el modelo descartado inicialmente, el Rambler American, a medidas que avanzaba el desarrollo, se evidenciaba la necesidad de contar con un diseñador europeo que dotara al auto de un estilo propio, y gracias al aporte de Juan M. Fangio, se contrató a Battista Farina, quien puso manos a la obra encargándose él mismo del proyecto.
Si bien el estampado del auto casi no sufrió variaciones, el diseño mejoró notablemente. En la trompa se cambiaron los paragolpes, que se afinaron y perdieron los giros (pasaron a estar en la carrocería). Se incorporaron dos faros circulares auxiliares en la parrilla, que también cambió. En el lateral, se eliminaron las molduras en acero inoxidable del modelo norteamericano y en la cola los faros cuadrados del Rambler American fueron reemplazados por unos tipo uña.
Adentro, el tablero pasó a ser más europeo al incorporar una plancha en madera, y al eliminarse muchos elementos cromados. Los relojes también eran de corte europeo, aunque quedaron un par de elementos que no fueron modificados, el freno de mano, con una palanca debajo del tablero y el lava parabrisas con un pedal.
El Torino, fue presentado el 30 de noviembre de 1966, y se lo comenzó a vender en 1967. Los tres modelos iniciales eran, las cupé 380 y 380W, y el sedán 300. Exteriormente las dos cupé eran casi idénticas, se las diferenciaba únicamente por las siglas del modelo sobre ambos guardabarros delanteros, y por la salida de escape (tipo boca de sapo en el 380 y circular doble en el 380W).
En el vano motor las diferencias se acentuaban, si bien los dos estaban equipados con un motor de seis cilindros en línea y 3.770 cc. denominado Tornado Superpower 230, el 380 recibía el combustible por un carburador Holley 2300 C y el 380W por tres Weber 45, entregando 155 y 176 caballos, respectivamente. Del modelo 380 se fabricaron entre 1966 y 1970, 12.208 unidades, mientras que en el mismo período se construyeron 1.241 380W.
El sedán, estéticamente era similar a la Coupé, aunque en la mecánica había grandes cambios. El motor que utilizaban, Tornado Interceptor 181, era similar pero de menor cubicaje (2.965cc.), y con un carburador Holley 2300 entregaba 117 caballos. La versión común venía con asiento delantero enterizo y caja de cambios al volante con tres marchas, mientras que la versión S tenía butacas y caja de cuatro velocidades al piso. En 1969, la gama del sedán se unificó en un solo modelo, el 300S. Cambió la motorización, pasando a utilizar el de la cupe.
La Parte 2 de la historia continúa en este link.
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Fuente: Escala Clásica