A comienzos de la década del 50, la industria automotriz argentina se encontraba en estado de gestación. Se producían algunos pocos automóviles en escala reducida, que eran armados a partir de componentes importados casi en su totalidad. El gobierno de Juan Domingo Perón, puso en marcha un programa de desarrollo industrial, el Segundo plan Quinquenal, eligiendo a la provincia de Córdoba, como polo de éste desarrollo.
El brigadier Juan Ignacio San Martín, ministro de Aeronáutica, realizó una extensa gira por Estados Unidos en 1953, con el único fin de atraer fabricantes norteamericanos de automóviles a Argentina. En ésta gira, sólo logró captar la atención de Henry Kaiser, titular de Kaiser Motor Corporation, quien era famoso por sus emprendimientos no tradicionales. Así, al año siguiente, Kaiser hace una gira por distintos países de Sudamérica, y llega a la conclusión, de que Argentina ofrecía las mejores condiciones para llevar a cabo sus proyectos.
La radicación de Kaiser, se decide realizar en Córdoba por dos motivos fundamentales, la presencia de I.A.M.E. y su cordón de empresas proveedoras, y la donación de un predio por parte de la familia Nores Martínez, en lo que era la estancia Santa Isabel. La empresa nace oficialmente el 18 de Enero de 1955, cuando se suscribe el acuerdo que refiere a la formación de Industrias Kaiser Argentina, una sociedad mixta integrada por la empresa estatal Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado, Kaiser Motors Corp. y el aporte de grupos privados argentinos. Dos meses después comienza a construirse en las afueras de la ciudad de Córdoba la primera y más grande fábrica de automóviles argentinos de la época, la actual fábrica de Renault Argentina, Santa Isabel.
Para la construcción de la planta, se emplearon 4.900.000 kilos de acero, 2.000.000 de ladrillos y 9.800.000 kilos de cemento. Para transportar las 900 toneladas de equipamiento llegado de Estados Unidos, se necesitaron 600 viajes desde el puerto de Buenos Aires hasta la provincia de Córdoba. Una de las piezas más pesadas, se trató de una corona de prensa de 60 toneladas, que debió ser descargada en San Nicolás, con la única grúa capaz de izarla en el país, que pertenecía a la empresa siderúrgica Somisa.
El 27 de Abril de 1956, catorce meses después de iniciada la construcción de la fábrica, sale de la línea de montaje, el primer Jeep. Junto a su versión pick-up, se fabricaron 2.000 unidades ese mismo año, mientras que al año entrante la cifra pasó a 7.000 vehículos. En 1957 se produce el lanzamiento de la Estanciera, un modelo que se convertiría en el prototipo familiar de la época y que anticiparía el furor por los vehículos de utilización off-road. Un año más tarde, la fábrica alcanzó la cifra de 20.000 autos producidos, y hace su aparición el lujoso Kaiser Carabela.
1959 marcaría para siempre el futuro de la planta, ya que se firmó un acuerdo de licencia y asistencia técnica con la Régie Nationale des Usines Renault y se inició de ésta manera, la producción de diversos modelos de la marca francesa. Para fines de la década del 50, en Santa Isabel se diseñaban matrices, se estampaban y embutían chapas de acero para carrocerías, se forjaban más de 260 tipos de piezas, se tallaban engranajes, se mecanizaban blocks, árboles de levas, cigüeñales, cubrevolantes, tapas de cilindros, y otras piezas, se armaban motores y conjuntos de dirección, se trataban térmicamente piezas de acero, se fabricaban cajas de cambios completas, se armaban, pintaban y tapizaban carrocerías, se cromaban paragolpes, tazas de ruedas y otras piezas metálicas, se analizaban metales, plásticos, telas, pinturas, cauchos, se inspeccionaban los productos terminados y sus procesos , se planificaban las operaciones completas, etc.
En 1960 se lanzó el Renault Dauphine, un pequeño sedán de cuatro puertas con la tipología todo atrás. Ese mismo año, mediante un convenio firmado con la italiana Alfa Romeo, es posible lanzar la fabricación del Kaiser Begantín, que derivaba del Alfa 1900, un sedán mecánicamente muy moderno, de tamaño mediano.
En 1961, un convenio con American Motors Corporation, permite la fabricación de una línea de productos de corte norteamericano, los Rambler Classic y Ambassador, quedando afuera el American. Para ese momento, la empresa había crecido a pasos agigantados, produciendo la gama más completa de automóviles y utilitarios de Argentina, y liderando el mercado local con una participación del 30%.
Para equipar las líneas Rambler, Gladiator y Estanciera, es que se decidió comenzar a producir un motor denominado Tornado, con árbol de levas a la cabeza y cámaras de combustión hemisféricas, de 230 pulgadas cúbicas de capacidad. Si bien el motor había sido concebido en Estados Unidos, localmente se lo adecuó según necesidades propias. La fabricación de éste motor fue posible gracias al equipo Transfer, una monumental herramienta de origen alemán de 40 metros de longitud, que permitía procesar automáticamente las tapas de cilindros.
La línea Rambler comienza siendo exitosa, pero se evidencia la falta de un vehículo algo más pequeño y con corte deportivo. Se toma la decisión de desarrollar el proyecto X, cuyo concepto estaba en estudio a partir de una idea de James McLoud, de contar con un auto nacional. Gracias a un profundo estudio de mercado, se llega a la conclusión, que el público quería un auto de tamaño medio, tipo deportivo y con líneas más armónicas que las de un producto norteamericano.
Tomando como base el Rambler American, que se había descartado en el acuerdo de 1961, se contrata a Battista Farina y su estudio, gracias a la intervención de Juan Manuel Fangio. Pininfarina realizó estudios exhaustivos junto al Departamento de Ingeniería de la firma y en Febrero de 1966, se inició el desarrollo local del modelo, que fue presentado a la prensa en Noviembre del mismo año. El Torino, se comenzó a vender en Diciembre, y rápidamente se transformó en un éxito rotundo.
En 1967, Renault adquiere una parte del paquete accionario y asume la responsabilidad administrativa del grupo, así nace IKA-Renault. El crecimiento de la empresa fue tremendo, aplicando tecnologías de avanzada y modelos cada vez más atractivos. Los lanzamientos de los Renault 6, Renault 12, casi al mismo tiempo que en su país de origen, junto con nuevas versiones del Torino, llevaron a IKA-Renault a la cima. En 1975, la empresa francesa compró el total del paquete accionario, dando origen a Renault Argentina S.A.
Fuente: Escala Clásica