Cuando en 2013, Nissan presentó el Datsun Go, no sólo lanzando un nuevo modelo, sino que reviviendo una marca con más de 80 años de historia.
Fundada como DAT Motorcar en 1931, la compañía pasó a manos de Nissan en 1935, para luego tomar su nombre definitivo. Desde 1958, Nissan vendió sus modelos fuera de Japón bajo el logo de Datsun. Es por eso que para nosotros es una marca tan entrañable y cercana, ya que fue una de las primeras firmas japonesas en llegar a Sudamérica, lo que hizo en los años 70 forjaran junto a Toyota la tradición de calidad y confiabilidad la industria nipona. Finalmente, todo acabó en 1986, cuando Nissan la dejó de lado.
El resurgimiento, de la mano de Ghosn
A Carlos Ghosn, el poderoso y poco valorado ex presidente de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, podrá cuestionársele muchas cosas pero no su visión de negocio a largo plazo. En Europa compró a la marca rumana Dacia, que tenía los días contados, y la puso a producir los modelos low-cost que impactaron a Europa y que luego dieron vida a los autos con los que Renault atacó los mercados emergentes, como el de Latinoamérica. De ahí vienen los modelos Logan, Duster y Sandero.
A principios de esta década, pensando en el gran crecimiento a futuro del mercado indio, replicó la estrategia Renault-Dacia pero con Nissan. Así fue que decidió revivir Datsun, marca que sería exclusivamente de modelos low-cost y pensada para los mercados asiáticos, con la India como centro neurálgico de producción. Si las cosas iban bien, podía llegar a globalizarse.
El Go fue el primero de los nuevos Datsun, y pronto le siguieron el Go+, el on-Do, el mi-Do y el redi-Go. El último en llegar fue el Cross, en el mismo año (2018) en el que se anunció que Datsun volvería a Latinoamérica. Su producción estaba centrada en la gigantesca planta de Chennai (India) y en dos fábricas en Indonesia, con las que se abastecía a una decena de mercados externos al de India (Tailandia, Nepal, Sri Lanka, Indonesia, Vietnam, Rusia, Kazajistán, Bielorrusia, Líbano y Sudáfrica).
El nuevo ocaso
Si bien en cuatro años comercializó 300.000 unidades, desde principios de 2018 las ventas cayeron fuertemente, al haber sólo 7.000 en Indonesia y menos de 70.000 durante 2019 en todos sus mercados.
La crisis del año pasado golpeó fuerte a Nissan, lo que sumado a la salida y encarcelamiento de Carlos Ghosn generó que la marca armara un plan de reestructuración tan estricto que la suerte de Datsun quedó prácticamente sentenciada. Para colmo, la llegada al público de esta última había sido reducido y sus ventas estuvieron siempre muy por debajo de lo esperado por Nissan. Así fue que se decidió acabar lentamente con la marca.
En concreto, hace un tiempo se detuvo su producción en la planta de Karawang y ahora se anunció el cierre de Purwakarta, la otra fábrica que tenía en Indonesia. Solo por ahora, Datsun sigue comercializándose en India, Rusia y Sudáfrica, pero fuentes periodísticas del país hindú indican que se mantendrá viva como mucho hasta 2022, cuando finalicen los actuales ciclos de producción.
Lo cierto es que no hay proyectos nuevos para la marca, por lo que no habrá más Datsun. Se viene su segunda extinción.
