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Autos clásicos

Autos Clásicos de Argentina: Chevrolet Chevrón

Te contamos la historia del curioso fuera de serie argentino basado en la Chevy y producido por un concesionario.

Autos Clásicos de Argentina: Chevrolet Chevrón

La industria automotriz argentina tiene muchísimos años de historia y muchos modelos diferentes fabricados, que fuimos repasando en nuestra sección "Autos Clásicos de Argentina", pero a veces, nos gusta salir de lo común y centrarnos en algunos “fuera de serie”, es decir, en esos autos que se basaban en un vehículo de producción y eran modificados extraoficialmente por carroceros o preparadores, o en el caso del que te traemos hoy, por un concesionario.

Entre algunos ejemplos de autos fuera de serie producidos en Argentina, podemos mencionar los Crespi Tulia y Tulieta basados en los Renault Torino y R4S, respectivamente, pero si hay uno que merece ser mencionado es el Chevrolet Chevrón, el protagonista de esta nota.

La historia del Chevrolet Chevrón

Foto: @fierromanía

El Chevrón fue un pedido de Jorge López, uno de los socios de la agencia de Chevrolet "Grandío y López", y presidente de la Comisión de Concesionarios General Motors de Argentina, quien quería tomar una coupé Chevy SS (en otra ocasión te contaremos su historia) y darle características aún más deportivas, más cercanas a las del Camaro norteamericano.

Para lograr su objetivo, el concesionario le encargó el diseño a Pedro Campo, eminencia en Turismo Carretera y Sport Prototipos, y el resultado presentado en 1971 fue espectacular, con cambios importantes en toda la zona frontal y trasera, incluyendo:

  • Extensión en la parte delantera a partir del capot y los guardabarros
  • Parrilla rectangular con logos SS 250 en el centro
  • Luces rectangulares (luego pasaron a ser dos redondas de cada lado)
  • Nuevo paragolpes/babero con luces de giro
  • Nuevo alerón en la parte trasera
  • Luces traseras extra para dar continuidad a las originales, y más.

Entre las opciones que se podían pedir, estaban el techo vinílico o la pintura con franjas en el capot y los costados, además de dos tipos de llantas, y más.

El nombre “Chevrón” no fue elegido sin razón, sino que el fabricante consideraba que “Chevy” podría ser considerado como diminutivo de Chevrolet, y el concesionario quería resaltar que su creación era superior al modelo en el que estaba basado.

En materia interior, el Chevrón no presentaba muchos cambios, apenas el volante, que era de cuatro radios (y también había sido diseñado por Pedro Campo), pero también se ofrecían algunos opcionales, como las butacas reclinables, o el sistema de audio con antena eléctrica.

En cuanto a los aspectos técnicos, no hubo muchos retoques en el motor 250, más allá del múltiple hecho por Penin y un carburador Holley de doble boca, que permitían mejorar las cifras y hacer que la velocidad máxima creciera en 10 km/h.

Por otro lado, las suspensiones fueron un aspecto muy galardonado del Chevrón, ya que se reemplazó la barra estabilizadora delantera por una de mayor diámetro, y se adoptó una barra antirolido en la parte trasera, ambas hechas por Pedro Campo.

Entre las curiosidades del Chevrolet Chevrón, es importante mencionar que el kit estético iba agarrado con tornillos, por lo que, si un propietario decidía devolverlo a su estado original como “Chevy”, podía hacerlo tranquilamente, y si bien volver a cambiar las suspensiones era una tarea un poco más complicada, los creadores se tenían fe y decían que nadie lo iba a querer porque la mejora era considerable.

Siguiendo con las peculiaridades del Chevrón, algunos reportes de la época afirman que Pedro Campo sugirió incorporar el sistema de servofreno, así que el concesionario lo consiguió y se lo instaló sin cargo a las 200 unidades que habían vendido por ese entonces.

Curiosamente, la comercialización del Chevrón se realizaba sin ningún tipo de anuncio publicitario, ya que el concesionario afirmaba que la publicidad haría que los interesados lo relacionaran con un modelo de GM, cuando no era así, siendo perjudicial para ellos y para la marca. Aun así, GM estaba muy al tanto del proyecto, y según reportes de la época, se encargaron de contactarse con varios propietarios para escuchar sus experiencias, con la sorpresa de que todas eran positivas. Incluso los dueños del concesionario afirmaban que uno de los máximos cargos de GM visitó la agencia y afirmó que el Chevrón era “diez años más moderno que la Chevy”.

Chevrón Súper: el restyling del fuera de serie

Parece increíble, pero es real: a pesar de haber sido un fuera de serie de pocas unidades, el Chevrón tuvo un restyling en 1974, que presentaba una imagen nueva, más alejada del Camaro, pero más “personal”, y pasaba a llamarse “Chevrón Súper”.

El restyling fue pensado para mejorar la aerodinámica, con un nuevo “lip” en el paragolpes delantero, un capot más curvo y con pasos de aire, que además estaba levantado en la base del parabrisas. Las luces delanteras ahora pasaban a ser dos cuadradas de cada lado, mientras que las traseras eran específicas, de varias “barras” verticales y ubicadas en el alerón (nunca les pude agarrar el encanto).

Si el primer Chevrón era "10 años más moderno que la Chevy", el Súper era un auto del futuro, ya que el interior se modernizaba con elementos como los asientos de pana con regulación en altura, mientras que atrás el asiento enterizo se reemplazaba por dos butacas. Además, se sumaba una consola central que recorría el habitáculo a lo largo.

Entre otros elementos que cambiaron, se puede mencionar el tablero, que ahora estaba alojado sobre un marco de madera y contaba con luces testigo que indicaban fallas o puertas abiertas. Además, se podía pedir un espejo retrovisor exterior del lado del conductor con regulación interior.

En materia técnica, no hubo demasiados cambios, pero se incorporaron elementos importantes como el encendido electrónico y los frenos a disco en las cuatro ruedas.

El fin del Chevrolet Chevrón

Finalmente, el Chevrolet Chevrón se comenzó a despedir en 1978, cuando GM cerró su filial en Argentina, aunque las últimas unidades fueron hechas en 1979, y hay unas pocas patentadas en 1980.

Varios reportes estiman que la producción total del Chevrón fue de alrededor de 400 unidades, por lo que realmente es un vehículo raro de ver en nuestras calles, pero por suerte suelen aparecer algunas en exposiciones como Autoclásica.

Si conocés o tenés alguna anécdota con un Chevrón, ¡te invitamos a compartirla en nuestras redes sociales!

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