La era de los motores alternativos está entre nosotros, pero no significa que no podamos seguir disfrutando de nuevos bloques de los clásicos, la vieja escuela. En ese sentido, Cadillac desarrolló por primera vez un motor V8 biturbo, con miras al CT6 V-Sport.
Este bloque de 4.2 L produce 550 CV, una relación potencia/litro de 131 CV/L. El biturbo tiene una graqn capacidad de torque, con 850 Nm de par máximo. La novedad es que, a diferencia de los motores turbo convencionales, donde se recibe la carga de aire presurizado desde la parte superior del motor y el escape sale en la zona inferior hacia los colectores conectados a los turbocompresores, en el motor de aluminio de Cadillac sucede lo contrario.
Gracias al diseño y a la configuración, el aire entra por la parte inferior de las cabezas y sale por la parte superior, donde las turbinas se integran con los colectores de escape, para un enganche rápido que se traduce en una entrega de poder inmediata. Con ello se logra disminuir considerablemente el lag y tenemos un bloque más compacto.
De hecho, el 90% del torque máximo del motor está disponible a 2.000 rpm, y es llevado a través de 5.200 vueltas para una reserva de energía segura. Este motor de inyección directa está acoplado a una transmisión automática de décima, al sistema de desactivación de cilindros y la tecnología Start/Stop.
