Los últimos tiempos de Mitsubishi no fueron fáciles, tanto por la reestructuración de la alianza que mantiene con Renault y Nissan como por el resultado de aquella, que había dejado su permanencia en Europa pendiendo de un hilo. Si miramos hacia adelante, la situación no parece tener una pronta mejoría: según un informe comercial de la agencia Reuters, la empresa de los diamantes está anticipando para marzo del próximo año perdidas operacionales cercanas a los USD 1.330 millones.
El déficit sería tal incluso con el plan de reducción de costos "Small but beautiful" que la compañía planea llevar a cabo y que consistirá en achicar su fuerza de trabajo y sus cifras de producción, cerrar algunos concesionarios y hacer efectiva su salida de Europa, entre otros mercados, con el fin de reducir sus costos de operación en un 20% de acá a dos años. Es que la situación de la marca japonesa ya no venía siendo buena y todo lo acontecido por la pandemia del Coronavirus no hizo más que empeorarla, por lo que debió tomar medidas drásticas.
El paquete de decisiones no concluye allí: el famoso Montero (Pajero en otros mercados) dejará de producirse durante el primer semestre de 2021, según anunció la propia Mitsubishi. Este será el punto final de un modelo cuya última generación salió al mercado en 2006 y desde entonces -salvo por un par de facelifts-, no fue modificado. La producción de su versión de tres puertas ya había culminado en 2018 y el mercado japonés dejó de recibirlo el año pasado, cuando la planta de Gifu finalizó con su producción para dicho país.
Hoy en día en Gifu se continúa produciendo el todoterreno para algunos mercados específicos, pero lo cierto es que en menos de un año la fábrica cerrará sus puertas, lo que derivará en la finalización de la producción del Montero. En dichas instalaciones también se realizan el furgón Delica y el Outlander, modelos que serán transferidos a la planta de Okazaki.
La estrategia de Mitsubishi para el futuro cercano
Muchos modelos de la marca siguen el camino del Montero o del ASX al incorporar facelifts por no morir. Así sucedió con el nuevo Mirage, presentado en Tailandia.
La marca concentrará sus esfuerzos en países de Latinoamérica (Chile y Perú) y del Sudeste Asiático, así como también en África, Oceanía y Asia, incluyendo algunos mercados árabes en los que es sumamente fuerte gracias a la L200 -camioneta que será renovada en su totalidad para 2022- y al monovolumen Xpander, aparte del rol que hoy cumple el Montero Sport como SUV de posicionamiento.
En Japón habrá reestructuración de plantas y producción, mientras que en China buscarán socios para diversificar su participación, tomando como punto de partida las alianzas que tienen con GAC, junto a quienes fabricarán un SUV eléctrico en 2021. En Europa, por temas de emisiones y de estrategia se congeló el lanzamiento de modelos nuevos, lo que significa que Mitsubishi solo venderá lo que tenga en stock para ir saliendo lentamente de la región. Este movimiento resulta cuanto menos curioso si tenemos en cuenta que la Outlander PHEV (próxima a renovarse entre 2021 y 2022) es el SUV híbrido más vendido de Europa.
Con respecto a la alianza con Renault y Nissan, Mitsubishi buscará meterse al mercado de vehículos comerciales de Australia con la ayuda de Renault, mientras que en Japón reforzará la alianza con Nissan para el mercado de kei-cars, que hoy en día constituye el negocio más fuerte de autos allí. También habrá más acuerdos en cuanto a la manufactura de equipo original (OEM), lo que significará una reducción de costos de diversas piezas.