Una de las sagas de Hollywood más exitosas de los últimos tiempos es la de “Rápido y Furioso”. Como casi todos los fanáticos de la industria automotriz saben, la casi ininterrumpida producción de films que comenzó en 2001 y cuyo próximo lanzamiento será el próximo 28 de mayo con “Rápidos y furiosos 9” tiene como ejes principales persecuciones, choques e incluso explosiones de autos, por lo que en cada película fueron varias las unidades que terminaron con magullones o directamente destrozadas.
Lo cierto es que una agenda de Gran Bretaña reveló la cantidad de vehículos que terminaron inutilizables entre la primera y la 7ª película de la saga. La agencia de seguros Insure The Gap analizó filme por filme (sin incluir el último estrenado ni tampoco “Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw”, vaya a saber uno por qué) y llegó a la conclusión de que se destruyeron un total de 1.487 vehículos.
Para el conteo, Insure The Gap tomó en cuenta solo los vehículos cuyos golpes, explosiones y/o aplastamientos fueron filmados, entre los que se encuentran muchos deportivos, pero también vehículos clásicos, sedanes e incluso crossovers.
El repaso, película por película, da las siguientes cifras:
- "Rápido y furioso": 78 vehículos
- "Más rápido, más furioso": 130 vehículos
- "Rápido y furioso: Reto Tokio": 249 vehículos
- "Rápidos y furiosos": 190 vehículos
- "Rápidos y furiosos: Sin control": 260 vehículos
- "Rápidos y furiosos 6": 350 vehículos
- "Rápidos y furiosos 7": 230 vehículos
Ahora, si contamos los autos destrozados en la 8ª película de la saga, en “Hobbs & Shaw” y en la próxima estrenarse, tranquilamente el número total superaría los 2.000 vehículos, lo que en términos financieros se traduciría en mil millones de dólares.