Los Corvette más extremos destronan al Mustang GTD en Nürburgring

En una jugada impresionante, Chevrolet llevó tres variantes del nuevo Corvette a Nürburgring, para ver qué tiempos podían lograr en el mítico trazado de 20,8 km, y a pesar de que los manejaron tres ingenieros y no pilotos profesionales, los resultados son sorprendentes.

Las tres versiones que giraron en el Infierno Verde fueron las más prestacionales de la octava generación del Corvette: Z06, ZR1, y ZR1X, y si bien sus tiempos están clasificados como “Prototype/Pre-Production”, los autos fueron construidos bajo especificaciones de producción de EE.UU, con modificaciones mínimas de seguridad exigidas por el circuito:

• jaula antivuelco
• asientos específicos
• matafuegos
• arnés de seis puntos

La estrella del día fue el ZR1X, la versión más potente de la gama, que mezcla lo extremo de la variante ZR1 con la electrificación del E-Ray, logrando una potencia total de 1.250 CV, que son entregados a las cuatro ruedas. Su tiempo en manos de Drew Cattell, ingeniero de dinámica vehicular fue de 6:49.275, que no solo alcanzó para superar al anterior vehículo estadounidense más rápido de Nürburgring (Ford Mustang GTD - 6:52.072), sino que también es el mejor tiempo logrado por un no-profesional.

El Corvette ZR1 no se quedó atrás. Con 1.064 CV, Brian Wallace, otro ingeniero clave del desarrollo, marcó un tiempo de 6:50.763, también superando al Mustang GTD. Cerrando el tridente, el Corvette Z06, con su V8 atmosférico de 670 CV, marcó 7:11.826 con Aaron Link al volante.

La hazaña fue tan grande que Mark Reuss, presidente de GM, declaró: “Estos son los mejores Corvettes de la historia, punto.”

Más allá de los números, hay que entender que los ingenieros no solo diseñaron los autos, sino que también los manejaron, con más de 1.800 vueltas acumuladas entre los tres, y son parte de una nueva generación de desarrolladores que entienden que el auto no termina en CAD, sino en la pista.

Toda la historia se documentó en “Homegrown Speed: A Corvette Story”, un corto que muestra el viaje desde Milford hasta Nürburgring, revelando el nivel de obsesión y precisión que vive detrás de cada centésima de segundo.

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